lunes, 9 de febrero de 2015

Cuarto "Café Filosógico" (¿Decrecer para vivir?) en La Manzorga (12-2-2015, 19 horas)




(c/ Carmen, 20.- 33206   Gijón-  Teléfonos 984067175/ 666184592)
Coordina: Nacho FERNÁNDEZ DEL CASTRO 

Cuarto sorbo (12 de Febrero de 2015, 19’00 horas)
¿DECRECER PARA VIVIR?

«Lo mucho se vuelve poco con desear otro poco más.» (Francisco Gómez de QUEVEDO Villegas y Santibáñez Cevallos, Madrid, 14 de septiembre de 1580 -Villanueva de los Infantes, Ciudad Real, 8 de septiembre de 1645.)
«Por ser la clave del progreso ambiental, por ser el proveedor de los recursos que permiten invertir en tecnologías limpias, el crecimiento es la solución, no el problema.» (George W. BUSH, New Haven, Connecticut, Estados Unidos, 6 de julio de 1946: Declaraciones a Le Monde, (16 de febrero de 2002.)
«La consigna del decrecimiento tiene como meta, sobre todo, insistir fuertemente en abandonar el objetivo del crecimiento por el crecimiento, [...] En todo rigor, convendría más hablar de "acrecimiento", tal como hablamos de "ateísmo"» (Serge LATOUCHE, Vannes, Francia, 12 de enero de 1940: La apuesta por el Decrecimiento: ¿cómo salir del imaginario dominante?, 2009.)
«En la percepción común, en nuestra sociedad, el crecimiento ecomómico es, digámoslo así, una bendición. Lo que se nos viene a decir es que allí dónde hay crecimiento económico, hay cohesión social, servicios públicos razonablemente solventes, el desempleo no gana terreno, y la desigualdad tampoco es grande. Creo que estamos en la obligación de discutir hipercríticamente todas éstas. ¿Por qué? En primer lugar, el crecimiento económico no genera - o no genera necesariamente - cohesión social. Al fin y al cabo, éste es uno de los argumentos centrales esgrimidos por los críticos de la globalización capitalista. ¿Alguien piensa que en China hay hoy más cohesión social que hace 15 años? [...] El crecimiento económico genera, en segundo lugar, agresiones medioambientales que en muchos casos son, literalmente, irreversibles. El crecimiento económico, en tercer término, provoca el agotamiento de los recursos que no van a estar a disposición de las generaciones venideras. En cuarto y último lugar, el crecimiento económico facilita el asentamiento de lo que más de uno ha llamado el "modo de vida esclavo", que nos hace pensar que seremos más felices cuantas más horas trabajemos, más dinero ganemos, y sobre todo, más bienes acertemos a consumir.
Por detrás de todas estas aberraciones, creo que hay tres reglas de juego que lo impregnan casi todo en nuestras sociedades. La primera es la primacía de la publicidad, que nos obliga a comprar aquello que no necesitamos, y a menudo incluso aquello que objetivamente nos repugna. El segundo es el crédito, que nos permite obtener recursos para aquello que no necesitamos. Y el tercero y último, la caducidad de los productos, que están programados para que, al cabo de un periodo de tiempo
extremadamente breve, dejen de servir, con lo cual nos veamos en la obligación de comprar otros nuevos. » (Carlos TAIBO ARIAS, Madrid, 12 de mayo de 1956: Conferencia sobre Decrecimiento en las Jornadas «¿Como te defiendes tú de la crisis?», CNT-Córdoba, 25 de noviembre de 2008.)