«Desconfía de aquellos
que no han considerado nunca
el suicidio.
Van haciendo paso a paso el camino,
cegándose al abismo que siempre acosa al hombre.
Entran en la matemática rueda
de la materia.
Se hacen invulnerables a la desesperación.
Cuentan incluso, fríamente,
con el corazón.»
(Clara JANÉS NADAL; Premio Nacional de Traducción 1997; Barcelona, 6
de noviembre de 1940.
“Paso a paso” en Libro de alienaciones, 1980.)
En un mundo
y en un tiempo como éste, mientras tantas buenas gentes ven su vida precarizada por la violencia oficial que recorta y
desahucia, que demoniza y condena, que reprime y ofende con su torpe manera de
preterir los latidos desde esa inveterada costumbre burocrática de “contar incluso, fríamente, con el corazón”,
resulta sospechosa, ante el bien ser
y el bien estar, toda persona ajena a
cualquier principio de indignación,
de protesta exaltada, de rebeldía manifiesta, de desesperación.
Porque, aquí y ahora, nos acosa el abismo y muy ciegos hemos de estar para seguir haciendo paso a paso el camino que nos
lleva inexorablemente hacia él, conformándonos, como asnos condenados a su
triste noria, con entrar en la matemática
rueda de una materia de la que, con estadística precisión y vaticinio
certero, sólo unos pocos, los amos del
mundo, sacarán la sustancia.
Así que quien no ha pensado por un momento,
en un instante siquiera de turbia desesperanza,
en quitarse del medio y borrarse del mapa, quien no ha considerado nunca, en fin, el
suicidio como salida posible (y aún plausible) de esta matemática rueda de contribución
forzosa a la riqueza oficial, ha de
despertar mil sospechas. Por su sumisión colaboracionista
o su estupidez emocional.
Nacho Fernández del Castro, 27 de Junio de 2014
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