viernes, 24 de mayo de 2019

EL CENTRO MUNICIPAL INTEGRADO DEL LLANO CONTINÚA LA PROGRAMACIÓN DEL PRIMER SEMESTRE DE 2019 DEL FORO DE FILOSOFÍA POPULAR (28 DE MAYO) CON UNA REFLEXIÓN SOBRE LA FILOSOFÍA ANTE EL ETERNO APLAZAMIENTO DEL DESARROLLO AFRICANO AQUÍ Y AHORA (¿HASTA CUÁNDO LA [HIPÓCRITA] CONDENA DE ÁFRICA?)


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El Centro Municipal Integrado de El Llano (c/ Río de Oro, 37- Gijón) desarrollará el Martes, 28 de Mayo del 2019, a las 19’30 horas,  la sesión mensual del Foro Filosófico Popular “Pensando aquí y ahora” para continuar su programación del Primer Semestre de 2019 abordando el tema «La Filosofía ante el eterno aplazamiento del desarrollo de África aquí y ahora: ¿Hasta cuando la (hipócrita) condena de África?»... La sesión se plantea como reflexión general y concreta que  parte de tantos hechos que ponen de manifiesto que África es, aquí y ahora, la manifestación más clara de la insoportablemente injusta distribución de la riqueza en el planeta basada en actos históricos de salvaje dominio colonial sobre recursos naturales y humanos que se prolongan hoy, tras los procesos de descolonización formal, en un neocolonialismo económico desnudo y áspero, que, ejercido desde los fríos consejos de administración de grandes empresas transnacionales, se ahorra incluso el viejo paternalismo político de las metrópolis… ¿Cuáles son los reflejos de esta situación?: la inmensa mayoría de la población africana (habitante de esos países “económicamente subdesarrollados y desarrollantes” del viejo colonialismo, el Sur del Sur) sufre la amenaza de enfermedades infecciosas (que frecuentemente adquieren proporciones de epidemia, o “aterran al mundo bien pensante” como ocurre con las recurrentes crisis del Ébola) sin la posibilidad de paliarlas  con medicamentos fácilmente accesibles para la minoría privilegiada del mundo rico (el llamado Norte o, más propiamente, los países “económicamente desarrollados y subdesarrollantes”); la inmensa mayoría de la población africana se ve envuelta en guerras y revueltas postcoloniales que, desde las ufanas y viejas metrópolis colonizadoras europeas, se califican, eludiendo toda responsabilidad en el asunto (y extendiendo un manto de silencio mediático en cuanto los conflictos se equistan), de “tribales”; la inmensa mayoría de la población africana ve los recursos naturales que siempre han posibilitado su supervivencia (mediante la agricultura, la pesca, la caza, o la minería,...) diezmados por la explotación del neocolonialismo económico (hasta el punto, por ejemplo, de situar la extracción del coltán, indispensable para todos nuestros soportes tecnológicos de comunicación, en un territorio sumido en un conflicto de guerrillas diversas al servicio de las multinacionales tecnológicas y fuera del control del gobierno de la República Democrática del Congo, a la que pertenece) o inmovilizados por las políticas proteccionistas del Norte; la inmensa mayoría de la población africana sufre la opresión y la represión de gobiernos corruptos que actúan como más o menos dóciles testaferros de las viejas (o nuevas, como China) potencias coloniales, creando el caldo de cultivo de frustraciones personales y colectivas capaces de derivar (sobre todo cuando son manipuladas por concretos intereses de dominio) repliegues identitarios con frecuencia atávicos (con prácticas más o menos fundamentalistas que pueden llevar a la violencia terrorista); la inmensa mayoría de la población africana malvive (y malmuere prematuramente) en Estados malogrados, fruto del abandono vergonzante y vergonzoso de los viejos colonizadores… Todo ello nos obliga a plantearnos una cuestión clave: ¿puede una Humanidad que quiera ser digna de tal nombre convivir con una situación en la que cualquier ser humano, si tiene la dudosa fortuna de nacer en África (un paraíso natural en tantos sentidos), ve sus expectativas de vida vinculadas al sufrimiento y la muerte temprana, víctima del paludismo, la tuberculosis o el SIDA, de una “guerra salvaje”, de corruptelas y arbitrariedades institucionales, o de la carencia de estructuras básicas de salud pública (desde el agua potable y el saneamiento a los medicamentos más elementales)?...
Resultado de imagen de Chistes sobre África  Esa condena a una vida breve y pródiga en penurias se ve acrecentada por la codicia de los grandes poderes económicos transnacionales prestos al expolio de recursos naturales (desde el oro y los diamantes al moderno coltán, pasando por el petróleo, el gas, los fosfatos o las patentes sobre el patrimonio genético vegetal y animal o cualquier otro producto mercantilizable), y por las necesidades demográficas de mano de obra joven fuerte y barata de las sociedades económicamente desarrolladas (incluyendo también especialistas –médicos, por ejemplo- formados a costa de los propios Estados africanos)... África, en fin, la gran reserva natural y humana del planeta, origen de la propia especie, se ve así doblemente miserabilizada en el postcolonialismo, al sumar a los siglos de sometimiento colonial la privación ominosa de sus riquezas naturales y de sus mejores manos y cerebros (que ya ni siquiera se tienen que someter a la prueba del mercado de esclavos, pues su propio logro de la supervivencia hasta poder llegar al “mundo rico” y asentarse en él es la mejor garantía de sus capacidades).
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¿Cómo podemos (como pueden las instituciones internacionales, los países poderosos, nosotros mismos, etc.) aceptar la inercia de esta “condena sin causa”  que pesa sobre los más (pues incluye también a pueblos y países latinoamericanos o asiáticos, y a nuevos colectivos miserabilizados, el cuarto mundo, en el propio Norte) a costa de la ufana opulencia de los menos?... ¿Cómo puede tolerarse, por ejemplo, que los intereses económicos de las multinacionales farmacéuticas apuesten en serio por la investigación sólo con respecto a aquellas enfermedades que se extienden al “mundo rico” (incluyendo, sobre todo, las que se derivan, como proyección psicosomática, de la propia “violencia estructural del sistema capitalista de explotación y consumo”), preteriendo cualquier esfuerzo en la lucha contra las enfermedades erradicadas de los contextos socioeconómicos desarrollados (como la tuberculosis o la malaria)?... ¿Cómo pueden supuestos “líderes espirituales” invocar principios supramundanos para sostener la negativa a medidas profilácticas elementales en la lucha contra alguna de esas enfermedades?...  ¿Cómo, en suma, seguir impasibles ante el sacrificio de un continente en una continua y violenta explotación de recursos que acabamos por disfrutar nosotros (como el coltán de nuestros móviles o nuestros ordenadores) a un precio tan bajo en lo económico como alto en sangre, en lo político, en lo moral...?. ¿Cómo puede aceptarse la configuración de África, en definitiva, como un continente en eterna cuarentena ante los muros, cada vez más altos y más hirientes con sus cortantes concertinas, del Norte (en Mayo de 2014 el ultraderechista Jean-Marie Le Pen, poniendo voz a muchos pensamientos “proteccionistas”, decía en un mitin del Frente Nacional en Marsella que “el Señor Ébola podía solucionar el problema de la inmigración en tres meses”)?.
Resultado de imagen de Chistes sobre ÁfricaPorque, pese a todo y digámoslo ya alto y claro, esa condición de continente en eterna cuarentena se ve acrecentada por la codicia de los grandes poderes económicos transnacionales prestos al expolio de recursos naturales (desde el oro y los diamantes al moderno coltán de nuestros “aparatos inteligentes”, pasando por el petróleo, el gas, los fosfatos o las patentes sobre el patrimonio genético vegetal y animal o cualquier otro recurso mercantilizable), y por las necesidades demográficas de mano de obra joven fuerte y barata de las sociedades económicamente desarrolladas (incluyendo también especialistas –médicos, por ejemplo- formados a costa de los propios Estados africanos)... África es, en realidad, la gran reserva natural y humana del planeta y, origen de la propia especie, que se ve así doblemente miserabilizada en el postcolonialismo, al sumar a los siglos de sometimiento colonial la privación ominosa de sus riquezas naturales y de sus mejores manos y cerebros… Así que la convierten en una especie de “continente suburbial” (una suerte –léase “desgracia”- de Soweto dejado de la mano de las instituciones públicas sudafricanas, como muestra Tsotsi –Gavin Hood, 2005-) situado ante el imaginario del sueño europeo (como los jóvenes breakdancers tunecinos de la película Making of, le dernier film –Nouri Bouzid, 2006-) en un experimento de aculturación masiva del que los países (viejos y nuevos) ricos y las grandes corporaciones transnacionales extraen esos recursos con el menor coste posible, aplicando ante los conflictivos hechos apuntados la simple política de garantizar como sea los suministros y “mirar para otro lado”... Aunque las frustraciones, personales y colectivas, que provocan fenómenos más o menos violentos.
Resultado de imagen de Forges sobre ÁfricaPero todo este cuestionamiento, evidentemente, no puede conformarse con su forma de lánguida queja; debe proyectarse en el análisis crítico de los grandes discursos del “pragmatismo bienintencionado”, como los ocho Objetivos del Milenio auspiciados por Naciones Unidas (y fracasados en su horizonte 2015, relegados por la dichosa crisis , reconvertidos ahora en los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible, dentro de la Agenda 2030), y la evolución de las políticas y prácticas derivadas, para tratar de pergeñar las líneas de fuerza (ideas, políticas, acciones colectivas y comportamientos individuales) más coherentes con la integración de África en una verdadera ciudadanía planetaria. Porque no podemos aceptar, como parte de la Humanidad, que, mediante tanto expolio, se aísle y niegue el futuro a todo un continente.
Resultado de imagen de Forges sobre ÁfricaEstas reflexiones, que serán introducidas problemáticamente y desarrolladas en sus aspectos básicos por el Coordinador del Foro, José Ignacio Fernández del Castro... Tras su intervención (e, incluso, durante las misma) se establecerá un debate general entre todas las personas asistentes. 
Resultado de imagen de Día África: Aminata TraoréComo siempre, se facilitará a dichas personas documentación sobre el tema abordado (incluyendo el guión de la sesión, recomendaciones bibliográficas y cinematográficas, e informaciones de interés), en un dossier elaborado por el coordinador del Foro. La sesión se celebra en relación con el Día de África (25 de Mayo), y tendrá lugar en el Aula 3 de la Segunda Planta, con asistencia libre.

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