«Piensas siempre en
los niños.
Es lo primero y lo último, en una situación como ésta, en un
estado así, cuando no sabes si te doblas por la rabia o el dolor, y te cuesta
trabajo escupir las palabras hacia el otro lado de la habitación.
Lo primero y lo último, piensas en ellos...»
(Mark Philip
David BILLINGHAM; Birmingham, Gran Bretaña, 2 de julio de 1961. Inicio de Buried
-Bajo tierra-, 2006 -2007 para la edición en castellano-.)
Cuando todo parece esfumarse para uno,
siempre tiende a pensar en los que deja detrás, en quienes, acaso necesitados aún
de su ayuda, no podrán contar ya con ella. Y, con frecuencia, ese dolor ajeno es más fuerte y más amargo
que el dolor propio.
En
una situación social como la que provoca la crisis-estafa,
este oprobio globalizado, el dolor individual y colectivo por tanta miseria sobrevenida (pero planificada y muy avisada por mucha gente) se agiganta y extiende en el dolor por la falta de futuro de las
generaciones venideras... En definitiva, por el mundo que quedará para la humanidad que dejaremos detrás.
Por
eso son mas necesarias en cada instante viejas y nuevas formas de rebeldía, viejas y nuevas prácticas de la disidencia y de la resistencia... Por eso es tan urgente la participación en una huelga general y en su grito de hartazgo insumiso (más allá de siglas y responsabilidades en la
deriva del estado de cosas)... Como urgente es hacer crecer también ese grito
allí donde pueda ser expresado y escuchado (desde los medios de masas tradicionales a las redes sociales, desde las calles a las instituciones, desde los
rincones particulares a los espacios colectivos).
Nacho Fernández del Castro, 13 de Noviembre de 2012
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