«El
enterrador, luego de mirar todo aquello con desconfianza, levantó la vista hacia
el cortejo. [...] Estarían aquellos vagabundos preparándole una broma. La de
sostener al muerto de pie, por ejemplo, a fin de que se viese obligado a
entablar relaciones directas...»
(Armonía SOMERS, pseudónimo literario de Armonía Liropeya
ETCHEPARE LOCINO; Pando, Uruguay,
7 de octubre de 1914 – Montevideo, 1 de
marzo de 1994. “El entierro” en La
rebelión de la flor, 1992.)
A veces,
cada día con más frecuencia, tenemos la sensación de deambular por un mundo
lleno de situaciones grotescas,
cuando no francamente surrealistas,
en las que alguien está “quedándose con nosotros”, preparándonos una broma,
haciendo burla de nuestra propia estupefacción.
Y no es raro... Entre tanta videocámara de vigilancia y tanto Gran Hermano digital, el
mundo se va convirtiendo en una especie de
cámara oculta permanente.
Y víctima cada cual a su modo de la opresión globalizada, vagabundos perdidos en el caos postmoderno, apenas si acertamos a
consolarnos mofándonos del desconcierto de los demás, también atolondrados
vagabundos. Universalmente forzados, en fin, a pervertir todo contacto humano
hasta convertirlo en torpe befa interesada, absurda relación con seres aparentes, esencialmente muertos.
Nacho Fernández del Castro,
8 de Febrero de 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario