«¿Por qué he reunido tantas
cosas dispares en un mismo marco?. Joven amigo mío, una de las obras cumbres
que ha producido el genio del hombre fue escrita en época de peste,
precisamente a causa de la peste, digo yo. Además, amiguito mío, cuando uno ha
permanecido largo tiempo apartado de los hombres, que tan bien conoce interna y
externamente, no le habrá de ser vedado el volver a incurrir en el vicio de
perorar sin tregua, para desentumecer la lengua y dar suelta al millar de
discursos que ha incubado su cabeza. Sirva esto para mi defensa.»
(Knut HAMSUN, nacido Knut
Pedersen; Lom, Noruega, 4 de agosto de 1859 –
Grimstad, 19 de febrero de
1952. Den sidste
Glæde -La última
alegría-, 1912.)
El discurso
de la diversidad y el pluralismo, tan querido para quienes pensamos que la política ha de consistir sobre todo en la
articulación y potenciación de cauces
para que lo diverso y lo pural pueda expresarse con voz propia y de espacios donde pueda encontrarse para
auspiciar sus propias dinámicas de conflicto, superación y síntesis mestiza,
puede parecer, en ocasiones, un simple marco
de lo dispar, un acomodaticio cajón
de sastre, un tótum revolútum abigarraado,
incluso una peligrosa Caja de Pandora.
Pero
no, es necesario y urgente, más en estos tiempos de peste sombría (los que la gestaron y extendieron la llaman crisis, creo) combatir con buenos argumentos, perorar sin descanso
para evitar que las víctimas acepten la estrategia del verdugo: dividir “los
paganos” para demonizar colectivos
concretos (desde inmigrantes a mineros) y desviar el descontento, la indignación
y las respuestas airadas de las
verdaderas causas del mal y los principales responsables.
Nacho Fernández del Castro, 23 de Junio de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario