miércoles, 8 de mayo de 2013

Pensamiento del Día, 8-5-2013



«Cualquiera que piense que tiene algo que enseñar es por lo menos sospechoso.»
 (Jorge, Ray, LORIGA TORRENOVA; Madrid, 5 de marzo de 1967. Lo peor de todo, 1992.)
Lo que Paul Ricoeur comenzara a llamar filosofía de la sospecha (en su De l'interprétation. Essai sur Sigmund Freud de 1965) estableció, con pertinente afán y diversidad de enfoques (Marx, Nietzsche, Freud), la necesidad de recelar de toda pretensión moderna de razón unitaria y total, por cuanto ello, de una u otra forma, se hacía siempre arrinconando alguna parte significativa de la realidad... Del mismo modo, cualquier persona que se pretende poseedora de alguna verdad absoluta que puede y debe ser enseñada (y hasta socialmente impuesta) debe resultar, con independencia de la mayor o menor verosimilitud de su verdad, sospechosa, por cuanto siempre relegará a una parte de la humanidad a la triste ignorancia (cuando no a la herejía).
Enseñar, igual que saber, son verbos que conjugan mal con la imposición y lo absoluto, pero bien con la argumentación y el debate. No son cuestiones de poder o tener, sino de querer y ser.
Por eso quien, desde el poder, pretende sustituir los viejos dogmas de cualquier monoteísmo por el nuevos dogmas del mercado como única verdad política de la que todos debemos participar, merece muy especialmente nuestras más desconfiadas sospechas y más suspicaces recelos.
Nacho Fernández del Castro, 8 de Mayo de 2013

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