jueves, 25 de abril de 2019

JUAN JESÚS ALONSO MENÉNDEZ EN EL CENTRO MUNICIPAL INTEGRADO DEL LLANO: CONTINÚA LA PROGRAMACIÓN DEL PRIMER SEMESTRE DE 2019 DEL FORO DE FILOSOFÍA POPULAR (30 DE ABRIL) CON UNA REFLEXIÓN SOBRE LA FILOSOFÍA ANTE EL “AUTISMO AUDIOVISUAL” AQUÍ Y AHORA (SOBRE EL SÍNDROME DE ASPERGER COMO REPRESENTACIÓN DE LA HEROICIDAD)


Resultado de imagen de Chistes sobre autismo y psiquiatras
El Centro Municipal Integrado de El Llano (c/ Río de Oro, 37- Gijón) desarrollará el Martes, 30 de Abril del 2019, a las 19’30 horas,  la sesión mensual del Foro Filosófico Popular “Pensando aquí y ahora” para continuar su programación del Primer Semestre de 2019 abordando el tema «La Filosofía ante el “autismo audiovisual” aquí y ahora: Sobre el Síndrome de Asperger como representación de la heroicidad»... La sesión se plantea como reflexión general y concreta sobre cómo, paradójicamente, justo en el momento en el que el Síndrome de Asperger desaparece de la DSM-5 (Diagnostical and Statistical Manual of Mental Disorders de la prestigiosa American Psychiatric Association) del 2013, subsumido como un grado variable del Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) tras haber sido considerado con entidad propia bajo el epígrafe de Trastorno de Asperger como una de las cinco categorías distintas del autismo en la DSM-4 de 1994 (Síndrome de Asperger según la ICD-10International Statistical Classification of Diseases and Related Health Problems publicada por la Organización Mundial de la Salud- como una de las ocho categorías de autismo recogidas en 1992), comienzan a proliferar "protagonistas Asperger" en distintos tipos de series en la estela del paródico Sheldon Cooper de la comedia de situación The Big Bang Theory (Warner Bros. TV/ Chuck Lorre Productions para CBS, 2007), desde el explícito y documentadísimo Max Braverman de Parenthood –True Jack Productions/ Imagine TV/ Universal TV/ Open 4 Business Productions para la NBC, 2010-2015- hasta la eficaz detective Saga Norën de la negrísima y simbólica Bron/Broen, El puente, -Nimbus Film/ Filmlance International para la SVT1 y la DR1, 2011-)… No es nueva la representación de protagonistas “no neurotípicos” en la ficción que salpica nuestras pantallas grandes y pequeñas; pero durante mucho tiempo, ésta se planteó desde un enfoque de hándicap o deficiencia, como apuntaba Martin F. Norden en 1994 (The Cinema of Isolation: A History of Physical Disability in the Movies , con edición en castellano de Escuela Libre y Fundación ONCE de 1998) al servicio de imaginarios colectivos claramente estereotipados, por mucho que en ocasiones estuvieran cargados de buenas intenciones: el desventurado cómico (discapacidad=víctima problemática y cómica; por ejemplo, L’enfant sauvage –El pequeño salvaje-, 1969, de François Truffaut), el vengador obsesivo (discapacidad=maldad y villanía; p.ej., Freaks -La parada de los monstruos-, 1932, de Tod Browning), el dulce inocente (discapacidad=bondadcuración como premio; p.ej., Charly, 1968, de Ralph Nelson), el noble guerrero (discapacidad postbélicarehabilitación física y mental=ciudadano ejemplar; p.ej., The best years of our life –Los mejores años de nuestra vida-, 1946, de William Wyler, o  Coming home –El regreso-, 1978, de Hal Ashby), el santo sabio (discapacidad=sensibilidad sabia y generosa; p.ej., The bride of Frankenstein -La novia de Frankenstein-, 1935, de James Whale, o The Elephant Man –El hombre elefante-, 1980, de David Lynch), o el ciudadano superestrella (discapacidad=confianza plena en la “normalización”; p.ej., My left foot –Mi pie izquierdo-, 1989, de Jim Sheridan, Nationale 7 –Nacional 7-, 2000, de Jean-Pierre Sinapi, I am Sam –Yo soy Sam-, 2001, de Jessie Nelson, u Ordinary People –Gente corriente-, 1980, de Robert Redford)…
Imagen relacionadaPor otra parte, el propio concepto de salud como “el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de infecciones o enfermedades”, según la definición que la Organización Mundial de la Salud asentó en su propia constitución en Génova (1946), para revisarla sistémicamente en 2007 como “el estado de adaptación de un individuo al medio en donde se encuentra”, nos obliga a cuestionar la posibilidad misma de la realización de cualquiera de las dos acepciones en el mundo, aquí y ahora; porque, mientras en el llamado Sur, el mundo económicamente subdesarrollado y desarrollante, las infecciones, pestes y epidemias se extiende bajo la forma de “enfermedades de la pobreza” que, erradicadas frecuentemente en el mundo rico, no reciben la atención investigadora ni la respuesta farmacológica que su elevadísima  incidencia requerirían y merecerían, en el llamado Norte, el mundo económicamente desarrollado y subdesarrollante,  la sociedad de consumo sitúa a cada persona ante una suerte (o desgracia) de neurosis experimental generalizada (creación permanente de necesidades artificiales que nunca pueden ser completamente satisfechas, pues en esa insatisfacción sistemática vinculada a las políticas del deseo se basa el “buen desarrollo de los mercados”) de la que se derivan cuadros psicofisiológiccos más o menos leves (desde la depresión al estrés, pasando por distintas manifestaciones de la ansiedad y la incomunicación) con frecuentes somatizaciones que  absorben buena parte de la investigación biomédica y la respuesta farmacológica… A ello, con especial incidencia en la salud mental, se unen las nuevas tendencias en las políticas de salud que, con el argumento de la mejora de la calidad y esperanza de vida (como adorno de razones meramente: económicas: los recortes en el gasto que al sistema nacional de salud provocan determinadas costumbres y hábitos sociales o individuales que pasan a calificarse de “comportamientos de riesgo”), están construyendo representaciones sociales demonizadoras de determinados colectivos: personas fumadoras, demasiado gordas, demasiado delgadas, aficionadas a la ingesta de alcohol o de determinadas drogas… Y ello nos obliga a interrogarnos también sobre el viejo y nuevo sentido normalizador de dicha concepción de la salud, que la aleja de la definición (“estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo a ausencia de enfermedad o dolencia”) de la Organización Mundial de la Salud, al dar prioridad, sobre la evidente carga subjetiva e intersubjetiva que esta supone (bien ligada a la propia diversidad humana), a una suerte de arquetipo ideal (la benéfica persona que minimiza los gastos del sistema nacional de salud porque evita todo hábito nocivo o peligroso: no fuma, no bebe alcohol ni se droga, no come demasiado ni demasiado poco y controla la ingesta equilibrada de los distintos tipos de alimentos, hace ejercicio físico con prudencia, mantiene relaciones sexuales seguras, etc.).
Resultado de imagen de Forges:  sobre psiquiatrasAmbas cuestiones no hacen sino poner de manifiesto que problema de la extensión universal de la salud (y, claro, de la salud mental) es, pues, básicamente un problema ético-político y filosófico: primero, de justicia distributiva y, luego, de reubicación del ser humano en el mundo. No se trata tanto de incorporar usos de la Filosofía bajo el modelo médico, al estilo de la corriente de la literatura de autoayuda iniciada, con gran éxito editorial, por el Más Platón y menos Prozac (Plato No Prozac, 1994) de Lou Marinoff, como de recuperar la función de la Filosofía como forma de vida y crítica de la realidad para facilitar una dialéctica (re)constructiva entre el yo, el nosotros y el mundo. Es decir, de apostar por un orden mundial basado en la justicia y la equidad (también en temas de salud pública) y por una crítica del consumismo que nos permita superar la insatisfacción general derivada de la materialización de nuestras necesidades (se nos impone un imaginario según el cual no necesitamos seguridad o libertad, sino más policías en la calle y sistemas de protección en las casas, más cadenas de televisión y grandes superficies comerciales,...) y la consiguiente gestión de las mismas por un mercado presto a extenderlas hasta el infinito.
Resultado de imagen de Forges:  sobre psiquiatrasPorque, en este contexto de globalización consumista, los derroteros actuales de la ficción televisiva se ligan al crecimiento en las parrillas de las distintas cadenas (generalistas o de pago) del fenómeno de las comedias de situación (en la estela de las sitcom norteamericanas; aunque ya, por fortuna, sin risas enlatadas) con formato renovado y relanzado en España por Siete vidas (Nacho G. Velilla para Telecinco, 1999-2006) y con frecuentes spin-off (AídaGlobomedia para Telecinco, 2005-2014) o derivados reconocibles (La que se avecinaAlba Adriática, 2007-2010, Grupo Infinia, 2010-2013, y Contubernio, desde 2013, para Telecinco- con respecto a Aquí no hay quien viva Miramón Mendi para Antena 3, 2003-2006-, por ejemplo) se suman a los dramas o comedias “sociológicos” por capítulos (al estilo de Hospital centralVideomedia para Telecinco, 200-2012- o Doctor MateoNotro Films para Antena 3, 2009-2011-) y telemovies, más o menos oportunistas, unitarias o por capítulos, historicistas o pseudoperiodísticas, que, cada vez con más frecuencia, se acercan peligrosamente al telecotilleo rosa o se mezclan con más o menos guionizados realities (como en Alaska y Mario de El Terrat y MTV España, 2011-2013) para contribuir a la configuración un “imaginario de lo monstruoso” (en el sentido etimológico de “lo que avisa o previene desde una voluntad superior”), por una parte, como “aviso a navegantes” de qué es lo que hay más allá de la dura cotidianidad de quien mira la pantalla (para evitar que lo desee) y, por otra, para captar su atención situándola fuera de su vida, de sus problemas concretos, de sí mismo, extrañándolo, alienándolo... O para decirlo de otro modo, sería lo que Cornelius Castoriadis llamaba “el ascenso de la insignificancia” como contribución esencial del medio televisivo (también en su faceta más creativa, la ficción) a los imaginarios hegemónicos del capitalismo globalizado... Una función muy similar, pero en lo próximo-tangible, en lo percibido como posibilidad inmediata, a la que cumpliría la sobresaturación de “imágenes de lo catastrófico-lejano” que pueblan los informativos y buena parte y los telerreportajes... Aviso de lo que puede venir y generación de una empatía ilusoria más alienante que activista Eficacia y estilo renovado para uso de las grandes industrias transnacionales de la cultura, instrumentos clásicos de alienación de masas para la producción agregada de sumisión aprendida a través de una neurosis experimental por permanente insatisfacción del deseo en el contraste entre los arquetipos de heroicidad y la realidad de cada día (porque, en definitiva, cuando uno va al supermercado, Messi o Ronaldo, House o el Doctor Mateo, Tony Soprano o Luisma García nos sirven de bastante poco).
Imagen relacionadaY, en ese contexto audiovisual, irrumpen con éxito sorprendente personajes como Sheldon Cooper en The Big Bang Theory, Max y Hank en Parenthood o Saga Norën en Bron/Broen. Y lo hacen bien arropados por otros que comparten su síndrome (o, al menos, numerosos síntomas que los acercan al espectro del autismo de alto funcionamiento): Gary Bell en Alphas (Berman Braun/ Universal Cable Productions para Syfy, 2011-2012), Sam Gardner en Atypical (Exhibit A/ Sony Picture TV para Netflix, 2017), Tamperance Brennan –alias “Huesos”- en Bones (Josephson Entertaiment/ Far Field Productions/ 20th Century Fox TV para FOX, 2005-2017), Jerry Espenson en Boston Legal (ABC, 2004-2008), Abed Nadir en Community (Krasnoff Foster Entertaiment/ Russo Brothers/ Harmonious Claptrap para NBC y Yahoo!, 2009-2015), Spencer Raid en Criminal Minds (CBS, 2005), Gil Grisson en CSI: Crime Scene Investigation (Alliance Atlantis/  CBS TV para CBS, 2000-2015), Kevin Blake en Eureka (Universal TV para syfy, 2006-2012), la Astrid alternativa en Fringe (Bad Robot Productions/ Warner Bros. TV para FOX, 2008-2013), Sugar Motta en Glee (20th Century Fox para FOX, 2009-2015), Virginia Dixon en Grey’s Anatomy (ABC, 2005), Will Graham en Hannibal (Sony Pictures TV para NBC, 2013-2015), Dr. Gregory House y Adam en House M.D. (Universal TV para FOX, 2004-2012), Wally Stevens en Law and Order: Criminal Intent (Universal TV para NBC, 2001-2011), Elliot Anderson en Mr. Robot (Universal Cable Productions/ Anonymous Content para USA Network, 2015), Crazy Eyes en Orange is the New Black (Lionsgate TV para Netflix, 2013), Bob Meinikov en ReGenesis (The Movie Network/ Movie Central/ Shaftesbury Films para Movie Network, Movie Central y Global, 2004-2008), Sherlock Holmes en Sherlock (BBC Wales para BBC One, 2010-2017), “JJ” Jones en Skins (Company Pictures para E4, 2007-2013), Annie Wheaton en Stephen King’s Rose Red (Greengrass Productions/ Victor TV/ Mark Carliner Productions para ABC y Lionsgate TV, 2002), Temple Grandin en Temple Grandin (HBO Films/ Ruby Films/ Gerson Saines Productions para HBO, 2010), Joe Hughes en The A Word (Keshet UK/ Fifty Fathoms para BBC One, 2016-2017), Dr. Shaun Murphy en The Good Doctor (EnterMedia Contents/ 3AD/ Shore Z Productions/ Pico Productions/ ABC Studios/ Sony Pictures TV para ABC, 2017), Maurice Moss en The IT Crowd (Talkback Thames para Channel 4, 2006-2010+especial 2013)… Un conglomerado que, desde distintos enfoques y géneros, ofrece una representación de las personas con TEA, en general, y Síndrome de Asperger, en particular, distorsionada al servicio del espectáculo, resaltando los aspectos cómicos y/o dramáticos provocados por la falta de armonía en el desarrollo de sus capacidades lógico-mecánicas y heurístico-sociales, para ponerlos al servicio del espectáculo… Y, sin embargo, su presencia masiva puede tener ciertos efectos positivos al menos en dos sentidos: por la visibilidad que da a un colectivo (con una importante prevalencia hoy en día, en torno al 1’47% de la población mundial, con una incidencia cinco veces mayor en hombres que en mujeres) que hace sólo dos décadas era invisible, y porque puede ayudar a comprender las características (permanentes, pero dúctiles a lo largo de la evolución vital de cada sujeto) de las personas con TEA como parte de la diversidad social facilitando las condiciones de posibilidad para una mejor integración en el contexto y el desarrollo de una vida más satisfactoria.
Resultado de imagen de Forges:  sobre psiquiatrasNo debe dejarse de lado, en cualquier caso, el relativo "autismo audiovisual" provocado por la "burbuja de insignificancia" en la que los medios de comunicación de masas encierran a buena parte de las audiencias, aislándola de su contexto real (para trasladarla del "planeta Belén Esteban") y provocando dificultades severas de comunicación con las personas próximas.
Imagen relacionadaPorque, ¿cómo avanzar, por ello, aquí y ahora, en medio de la sociedad del espectáculo, en esa tarea despatologizadora que apuesta por un pluralismo desde el reconocimiento de la diversidad (más allá de lo neutotípico)?.... Esa es la cuestión.
Y, evidentemente, nos obliga al análisis de los peligros que la configuración de las actuales parrillas televisivas supone para la articulación de una sociedad más consciente, participativa y solidaria (en definitiva, más democrática y mentalmente saludable), debe reconocer cómo, paradójicamente, abre técnicamente la oportunidad (y la responsabilidad) de construir la mejor ficción de todos los tiempos (reto al que responden algunas de las series aquí mencionadas) y desarrollar estrategias de alfabetización audiovisual crítica para que la mirada sea capaz de automatizar mecanismos de lectura ideológica y representacional de lo que se le cuenta, develando los intereses que subyacen en los mensajes y sacando de ello fruto de conocimiento, capacidad comunicativa, comprensión del mundo y voluntad de transformarlo (incluyendo el propio medio, la televisión).
Resultado de imagen de Forges:  sobre psiquiatrasEstas reflexiones, que serán introducidas problemáticamente en sus aspectos básicos por el Coordinador del Foro, José Ignacio Fernández del Castro, encontrarán su contrapunto en la voz de Juan Jesús Alonso Menéndez, profesor de Filosofía en el IES “Doña Jimena” de Gijón, coautor de libros sobre usos didácticos del cine y la televisión (Una aproximación al Peplum : las grandes civilizaciones a través del cine, 2003; Didáctica con la imagen y los medios audiovisuales, 2005; La Edad Media en el cine, 2007; La Antigua Roma en el cine, 2008; El Antiguo Egipto en el cine, 2010; o La Antigua Grecia en el cine, 2013) y comentarista de televisión (columna “En canal”, en la que muestra un discurso vinculado a la pedagogía audiovisual más irónica, potente y emancipadora de la mirada), grandes acontecimientos deportivos (columna “Fútbol es fútbol” y otras para el seguimiento de Olimpiadas o Mundiales de Fútbol) y literatura filosófica (habitualmente bajo el pseudónimo colectivo, que también incluye a Tomás Aramburu y José Errasti, de Antonio Rico o, más raramente –por ejemplo, en la columna semanal de actualidad blaugrana “Culé moyau”, que lo enfrenta a la merengue “Blanco radiante”-, como Juan J. Alonso) en el diario La Nueva España; además es cofundador de la Editorial Rema y Vive dedicada a la difusión de reflexiones sobre diversos aspectos de la cultura popular (en ella ha publicado El mundo volverá a saber de mí. El insidioso Dr. Fu-Manchú y el problema del mal, 2015, y, atento viajero que suele aprovechar sus vacaciones para recorrer con espíritu abierto y emoción poco contenida los paisajes y paisanajes que son vestigio presente del origen de nuestra civilización, Seis viajes (más uno) a las Maravillas del Mundo Antiguo, 2017; así como coordinado Un piano suena mejor cuando se ha tocado. Cincuenta –más una- películas para una nocha de verano, 2018... Tras sus intervenciones (e, incluso, durante las mismas) se establecerá un debate general entre todas las personas asistentes. 
Resultado de imagen de Forges:  sobre psiquiatrasComo siempre, se facilitará a dichas personas documentación sobre el tema abordado (incluyendo el guión de la sesión, recomendaciones bibliográficas y cinematográficas, e informaciones de interés), en un dossier elaborado por el coordinador del Foro. La sesión se celebra en relación con el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo (2 de Abril), y tendrá lugar en el Aula 3 de la Segunda Planta, con asistencia libre.

1 comentario:

  1. Hola, Ignacio.

    He ido varias veces al foro filosófico. ¿Podrías enviarme a mi correo electrónico la documentación que elaboraste para ésta sesión? No pude asistir.

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