viernes, 10 de enero de 2014

Pensamiento del Día, 10-1-2014



«—¿Cree que es útil, hoy, la frase de Vázquez Montalbán en su “Poética” –que precede a sus poemas en Nueve novísimos- “la poesía, tal como está organizada la cultura, no sirve para nada”?.
—La frase de Manolo Vázquez Montalbán estaba inscrita en un momento más ideológico. Hasta cierto punto era normal en plena historia del franquismo. La poesía servía de arma de lucha contra el régimen. Y, aunque siempre ha sido minoritaria, ha sido muy importante en la historia cultural de la Humanidad por su invitación a la revelación del mundo. Y está hecha sobre bases de ideas distintas. Pero entonces empezaba a haber una diferencia de mentalidad. Se estaba pasando de aquella idea que tenían algunos poetas de mi generación de una poesía de comunicación de ideas capaces de influir en la sociedad a otra idea de una poesía válida por ella misma y por el poder de la palabra, una poesía de signos a la cual había que añadir el poder de la imagen. El cine tenía mucha influencia, también el cómic. Era la cultura camp, presente, por otra parte, en toda Europa. Entonces, algunos vieron que yo me había desmarcado de algo que había preconizado, como un traidor a la causa del realismo social.»
 (Josep Maria CASTELLET DÍAZ DE COSSÍO; Barcelona, 15 de diciembre de 1926 - 9 de enero de 2014; Premio Nacional de Literatura Catalana 1989, Medalla de Oro de Bellas Artes 1992, Medalla de Oro de la Generalitat de Catalunya 2003, Premio Nacional de las Letras Españolas 2010. “José María Castellet: Algunos no me perdonaron Nueve novísimos”, entrevista realizada por Ángela Molina para ABC Cultural, 24-2-2001.)
Castellet removíó los cimientos de la poesía española hace ya casi medio siglo (Nueve novísimos poetas españoles, 1970) señalando el final del realismo social pretendidamente transformador, ante el vendaval de signos e imágenes que, en abigarrada amalgama entre el culturalismo y la contracultura pop un tanto hermética a veces, apostaba por la sugerencia desde una voluntad de autonomía del mundo, sin renunciar a ser revelación plural y abierta del mundo, a ser ella misma mundo.
Resulta curioso ver ahora el gran valor de tan polémico señalamiento... No sólo tras comprobar la grandeza literaria de aquellas nueve insignes plumas, sino y sobre todo tras percibir en perspectiva la magnificencia y vigor polimórficos de figuras tan proteicas culturalmente (Vicente Molina Foix, Ana María Moix, Félix de Azúa o, muy especialmente, Manuel Vázquez Montalbán) que su permanencia en el cultivo de una poesía más que notable acabaría relegada por el copioso caudal de sus otros frutos literarios.
Honor, pues, a Castellet que, pleno de seny en su firme y continuada voluntad crítica de factótum cultural, nos dejó tantas pruebas de perspicacia... Sin él hemos perdido una parte de la capacidad colectiva para no comportarnos como necios ante una cultura convertida en mero espectáculo de la insignificancia.  
Nacho Fernández del Castro, 10 de Enero de 2014

No hay comentarios:

Publicar un comentario