«—¿Cree que es útil, hoy, la frase de Vázquez Montalbán en su “Poética” –que
precede a sus poemas en Nueve novísimos-
“la poesía, tal como está organizada la
cultura, no sirve para nada”?.
—La frase de Manolo Vázquez Montalbán estaba inscrita en un momento más
ideológico. Hasta cierto punto era normal en plena historia del franquismo. La
poesía servía de arma de lucha contra el régimen. Y, aunque siempre ha sido
minoritaria, ha sido muy importante en la historia cultural de la Humanidad por su
invitación a la revelación del mundo.
Y está hecha sobre bases de ideas distintas. Pero entonces empezaba a haber una
diferencia de mentalidad. Se estaba pasando de aquella idea que tenían algunos
poetas de mi generación de una poesía de comunicación de ideas capaces de
influir en la sociedad a otra idea de una poesía válida por ella misma y por el
poder de la palabra, una poesía de signos a la cual había que añadir el poder
de la imagen. El cine tenía mucha influencia, también el cómic. Era la cultura camp, presente, por otra parte,
en toda Europa. Entonces, algunos vieron que yo me había desmarcado de algo que
había preconizado, como un traidor a la causa del realismo social.»
(Josep Maria CASTELLET DÍAZ DE COSSÍO; Barcelona, 15
de diciembre de 1926 - 9 de enero de 2014; Premio
Nacional de Literatura Catalana 1989, Medalla de Oro de Bellas Artes 1992, Medalla
de Oro de la Generalitat
de Catalunya 2003, Premio Nacional de las Letras Españolas 2010. “José María Castellet: Algunos no me perdonaron Nueve novísimos”, entrevista realizada por Ángela Molina para ABC
Cultural, 24-2-2001.)
Resulta
curioso ver ahora el gran valor de tan polémico señalamiento... No sólo tras
comprobar la grandeza literaria de aquellas nueve insignes plumas, sino y sobre
todo tras percibir en perspectiva la magnificencia y vigor polimórficos de figuras
tan proteicas culturalmente (Vicente Molina Foix, Ana María Moix, Félix de Azúa
o, muy especialmente, Manuel Vázquez Montalbán) que su permanencia en el
cultivo de una poesía más que notable acabaría relegada por el copioso caudal
de sus otros frutos literarios.
Honor,
pues, a Castellet que, pleno de seny
en su firme y continuada voluntad crítica de factótum cultural, nos dejó tantas pruebas de perspicacia... Sin él
hemos perdido una parte de la capacidad
colectiva para no comportarnos como necios ante una cultura convertida en mero
espectáculo de la insignificancia.
Nacho Fernández del Castro,
10 de Enero de 2014
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