jueves, 10 de febrero de 2011

Pensamiento del Día, 10-2-2011

«La gente no necesita coches inmensos; necesita respeto. No necesita armarios atestados de ropa, necesita sentirse  atractiva, y requiere excitación, variedad y belleza. La gente no necesita entretenimientos electrónicos; necesita hacer con su vida algo que valga la pena. La gente necesita identidad, comunidad, amor, alegría.
Intentar rellenar estos huecos con objetos materiales es desatar un apetito insaciable de falsas soluciones para problemas reales que nunca se satisfacen. El vacío psicológico resultante es una de las principales fuerzas que se encuentran detrás del deseo de crecimiento material. Una sociedad que puede admitir y articular sus
necesidades inmateriales y hallar formas inmateriales de satisfacerlas requeriría un nivel mucho menor de consumos globales materiales y energéticos y sería capaz de proveer niveles mucho mayores de satisfacción humana.»
(Donella H. Meadows y otros, Más allá de los límites del crecimiento. 1972)
Aprender a conocer verdaderamente nuestras necesidades y las respuestas más satisfactorias para las mismas, ¡qué gran objetivo para la educación obligatoria!... Y, sin embargo, ¿puede la escuela constituirse en bastión contra el consumismo creciente, contra esa "necesidad esencial del sistema" de crear continuas necesidades aparentes al individuo a partir de la generación de una suerte (o desgracia) de insuficiencia, de insatisfacción permanente y globalizada?, ¿no son el profesorado y las familias, considerados en su conjunto, víctimas también de ese círculo vicioso?, ¿puede darse un aprendizaje crítico y humanista más allá de todo compromiso vital de quien tiene la tarea de enseñar?.
Nacho Fernández del Castro, 10 de Febrero de 2011.

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