«El hombre de hoy tiene su cabeza llena de datos y opiniones. Pero adquiere las opiniones prefabricadas, son de otros, no pensadas. Y la avalancha de datos que lo aturde, más que acercarlo al conocimiento, lo aleja de él.»
(Guillermo Jaim Etcheverry; Buenos Aires, 31 de diciembre de 1942.
La tragedia educativa, 1999)
Cada vez más sometidos a flujos de información continua donde se mezcla, en confusa amalgama, el dato y la opinión, ajena lo relevante y lo anecdótico, lo esencial y lo accidental, apenas acertamos a intuir ya la separación entre verdad y apariencia. ¿Cómo recuperar, desde este aturdimiento interesado, desde esta ceremonia de la confusión universal tan conveniente para quienes pretenden ejercer un poder sin respuesta, la voluntad de saber, el amor por el conocimiento?... Difícil reto, desde luego, para una escuela en la que también el profesorado y las familias forman parte de ese ritual desnortado.
Nacho Fernández del Castro, 19 de Febrero de 2011.
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