jueves, 3 de abril de 2014

Pensamiento del Día, 2-4-2014



«La soledad, el sentimiento y conocimiento de que uno está solo, excluido del mundo, no es una característica exclusivamente mexicana. Todos los hombres, en algún momento de sus vidas, se sienten solos. Y lo están. Vivir es separarse de lo que fuimos para acercarnos a lo que seremos en el futuro. La soledad es el hecho más profundo de la condición humana.»
 



 (Octavio PAZ LOZANO; Ciudad de México, México, 31 de marzo de 1914 -19 de abril de 1998;  
Premio Cervantes 1981, Premio Nobel de Literatura 1990, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 1993 por su revista Vuelta. El Laberinto de la Soledad, 1950.)



Sentimos la soledad, insoportable, cuando, en medio de una multitud, nos hacemos conscientes de que cuanto nos rodea nos es extraño, ajeno... Nos importa muy poco y/o le importamos muy poco, lo excluimos de nuestros afanes vitales y/o excluye nuestros afanes vitales más auténticos.



Sentimos la soledad, fecunda, cuando, en contacto exclusivo con nuestra propia experiencia y saber, nos llega un atisbo de luminosa comprensión del mundo... Y nos juzgamos capaces de expresar ese entendimiento de algún modo, en algún soporte que, a la postre, siempre resultará insuficiente y un poco frustrante.



La soledad nos define para bien o para mal... Pero la construcción de la particular soledad de cada cual sólo puede hacer se a partir de y en referencia al mundo, a los demás.



Sin sentimientos de alteridad y pertenencia no hay identidad posible... Y sin identidad, esa percepción de nuestra condición solitaria es inane, no duele ni engendra... Simplemente es: un dato neutro más entre otros datos.



La soledad es, sí, la condición misma del tránsito entre nuestras costumbres y nuestras expectativas, entre nuestro yo construido y nuestro yo deseado... Un itinerario que, para hacerse consciente, necesita, paradójicamente, del mundo, de los demás.



Por eso sentir la soledad nos hace humanos... Pero más humanos cuanto ese sentimiento nos remita más claramente a una soledad en (buena) compañía.



Nacho Fernández del Castro, 2 de Abril de 2014

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