miércoles, 7 de mayo de 2014

Pensamiento del Día, 7-5-2014



«Éramos gentes hechas al don de mansedumbre 
y a la vaga memoria de un camino a algún sitio.
Y nadie dio la orden. -Quién sabría su instante.-
Pero todos, a un tiempo y en silencio, dejamos
el cobijo usual, el encendido fuego que al fin se extinguiría,
las herramientas dóciles al uso por las manos,
el cereal crecido, las palabras a medio, el agua derramándose.
No hubo señal alguna. Nos pusimos en pie.
No volvimos el rostro. Emprendimos la marcha.»
 (María Victoria ATENCIA GARCÍA; Málaga, 28 de noviembre de 1931, Premio Nacional de la Crítica 1998, Premio Federico García Lorca 2010, Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2014. “La marcha” en  
La pared contigua, 1989.)
Consternados por un mundo que apenas comprendemos, mas sabiendo que tantos que nos lo cuentan mienten, teñimos nuestros usos con don de mansedumbre tras la huella difusa de caminos perdidos y de ilusiones rotas que nunca nos llevaron a algún lugar preciso...
Es terrible, lo sé, sentir tanta impotencia contemplando los menos, sólo un uno por ciento, acumular riquezas condenando a los más a compartir migajas, desamparo, penurias. Es terrible, lo sé, pero parece a veces que, sin orden ni aviso, sin santos y sin señas, mucha gente se mueve, silente en tantos gritos frente a oprobios crecientes, y, aunque vienen mal dadas, parece ya dispuesta a dejar tantas cosas que, inútiles, nos atan a inercias miserables... Parece incluso que, sin precisar instantes de señal o conjuro. sin ademanes tristes y sin volver el rostro, iniciamos la marcha ¿hacia ninguna parte?...
Acaso, simplemente, en busca del rescate, no de bancos o fueros, sino del horizonte común de la   esperanza.                                        
Nacho Fernández del Castro, 7 de Mayo de 2014

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