domingo, 15 de junio de 2014

Pensamiento del Día, 15-6-2014



«¡Mi corazón
amo de naufragios
no sabe cómo sobrevivir a la esperanza!.»
 (María Clara GONZÁLEZ DE URBINA; Bogotá, Colombia, 1952. “Corceles de fuego” en  
Pasajeros del viento. Poemas (1993-1995), 1996.)
En un mundo en el que casi todo nos duele, donde cada mirada descubre nuevas sombras en cada instante, donde la corrupción es la norma... En un presente, siglo veintiuno, que, por desgracia, ha desarrollado al límite el siniestro retrato que del siglo anterior hiciera el gardeliano tango “Cambalache” (que Enrique Santos Discépolo escribiera en 1934 para la película El alma del bandoneón), porque, a fin de cuentas, “hoy [y cada vez más] resulta que es lo mismo /  ser derecho que traidor, /  Ignorante sabio o chorro, /  generoso o estafador. / (...) Es lo mismo el que trabaja /  noche y día como un buey, /  que el que vive de los otros, /  que el que mata, que el que cura / o esta fuera de la ley”... Y es que, en suma, tras la torticera interpretación del “todo vale” postmoderno por el espíritu neoliberal de los tiempos, está claro que el lema es “No pienses mas, /  sentate a un lao, /  que a nadie importa /  si naciste honrao”, porque lo vemos cada día y en todos los lugares de esta sociedad de las apariencias y el espectáculo: “si uno vive en la impostura /  y otro roba en su ambición, /  da lo mismo que sea cura, / colchonero, rey de bastos, /  caradura o polizón”... Y, aunque podamos tener la tentación, cuando el despropósito nos lacera la piel, de gritar “¡Que falta de respeto, /  que atropellaba la razón!... /  Cualquiera es un señor, /  cualquiera es un ladrón”, en realidad todos sabemos que son los mejores ladrones, los de guantes más blancos y cuellos más duros, los que se convierten  en grandes señores y amos del mundo.
Product DetailsAsí que, poco a poco o de repente, vamos teniendo un corazón que sólo atesora naufragios y sueños rotos... Un corazón que, en su hábito de afrontar precariamente tempestades (o crisis/estafas), se siente cada vez más incapaz de sobrevivir a cualquier esperanza... Por mucho que algunos soplos de brisa le digan que podemos.
Porque el buen náufrago no sabe ya más que esperar el embate de la próxima ola, y cualquier distracción esperanzada sabe que puede ser su fin. “¡Dale no más, dale que va!”...
Nacho Fernández del Castro, 15 de Junio de 2014

No hay comentarios:

Publicar un comentario