lunes, 7 de marzo de 2011

Pensamiento del Día, 7-3-2011

«En aquellos terribles días el lenguaje fue vituperado, arrastrado por el fango y reducido a moneda de Judas entre toda nuestra clase política. Cómo maltrataron el lenguaje, cómo engañaron a sus usuarios, cómo sentenciaron a muerte nuestra dignidad es algo que jamás tendríamos que perdonar. Y, sin embargo, lo hacemos.»

 (Ricardo Menéndez Salmón; Gijón, 1971. El corrector, 2009)

 

El lenguaje como síntoma... Ese salto cualitativo de la casta política desde los eufemismos de lo políticamente correcto al descarado empeño tergiversador, al "desplazamiento semántico" desvergonzado... "Libertades" que pasan a señalar la legitimación de los poderosos para hacer lo que les da la gana mientras los miserables se quedan ante el "¡sálvese quien pueda!". "Igualdades" que pasan a concebirse como un genérico "cada cual que se arregle con sus propios medios"... "Solidaridades" que se vinculan a opciones de consumo "con buen rollito"... Crisis que se llaman desaceleraciones, despidos que se convierten en flexibilizaciones laborales, desregulaciones que se denominan cambios estructurales... Guerras que pueden ser humanitarias, asesinatos que pueden ser daños colaterales... O ritualizaciones, más o menos bienintencionadas, que se llaman educación.  ¿Cómo reabrir, más allá de olvidos o perdones, el espacio de las aulas, al menos, a la recuperación urgente del lenguaje maltratado y robado, a la devolución de los usos lingüísticos al pueblo?... A, en fin, la reintegración universal  de la dignidad de la palabra.

Nacho Fernández del Castro, 7 de Marzo de 2011.

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