«Uno es los libros que ha leído, la pintura que ha visto, la música escuchada y olvidada, las calles recorridas. Uno es su niñez, su familia, unos cuantos amigos, algunos amores, bastantes fastidiosos. Uno es una suma mermada por infinitas restas.»
(Sergio Pitol Demeneghi; Puebla, México, 18 de marzo de 1933. Premio Cervantes 2005.
El arte de la fuga, 1996)
Nadie es nada sin su entorno, sin las personas y cosas con las que se relaciona, sin los lugares y tiempos que atraviesa o sueña... Sin las obras de arte que le conmueven y agitan. Nadie es un en si dado, sino un resultado complejo de la aritmética de lo otro, lo externo percibido/construido como deleite o incordio, fuente de deseo o rechazo, de odio o amor. Un compendio, en fin, de sumas y restas que puede salir negativo, que eso que llamamos "el sistema" parece empeñado en que salga negativo en la mayor parte de los casos posibles... ¿Quién puede decir con seguridad y firmeza que aquí y ahora (o en cualquier otro lugar del orbe) los componentes positivos que el mundo circundante aporta a su ser superan los negativos?... De ahí la legitimidad de indignarnos para intentar intuir, colectivamente, las condiciones de posibilidad para un dominio universal de las sumas del ser sobre sus restas.
Nacho Fernández del Castro, 2 de Junio de 2011.
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