sábado, 25 de junio de 2011

Pensamiento del Día, 16-6-2011

«¿Por qué a los seres humanos contemporáneos les fascina comprar y consumir, y sin embargo sienten muy poco apego por lo que compran?.»

 (Erich Fromm; Fráncfort del Meno, Hesse, Alemania, 23 de marzo de 1900 –

Muralto, Cantón del Tesino, Suiza, 18 de marzo de 1980. Del tener al ser. 1976)

Nadie parece tener tiempo para disfrutar de lo que tiene a su alcance, acaso porque nadie es ya algo con capacidad para el disfrute calmado de las cosas y las situaciones... Aceptamos sin recato una industria que dedica buena parte de sus esfuerzos (casi todos, en el caso de algunos departamentos concretos, como el de marketing) en la producción sistemática y continua de nuevas y artificiosas necesidades y de procesos de obsolescencia planificada de los productos que deberían satisfacerlas. En eso se basa el crecimiento  del sistema. Un crecimiento que rentabilizan unos pocos, endeuda a bastantes más y excluye a la mayoría... Un crecimiento que va consolidando un imaginario que bendice todo lo nuevo (lo joven, lo recién creado, lo inmediato...) para maldecir lo antiguo (lo viejo, lo recibido, lo mediato,...). Un imaginario, en fin, falaz porque tanto quienes lo usufructan  como quienes tratan de enfrentarse a él pertenecen a lo antiguo y porque convierte lo nuevo (la juventud, la creatividad, la inmediatez,...) en mera mercancía.

Nacho Fernández del Castro, 16 de Junio de 2011.

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