martes, 10 de enero de 2012

Pensamiento del Día; 10-1-2012


«since feeling is first
who pays any attention
to the syntax of things
will never wholly kiss you;

wholly to be a fool
while Spring is in the world

my blood approves,
and kisses are a better fate
than wisdom
lady i swear by all flowers. Don't cry
- the best gesture of my brain is less than
your eyelids' flutter which says

we are for each other; then
laugh, leaning back in my arms
for life's not a paragraph

And death i think is no parenthesis»
«Porque sentir es lo primero,
el que preste atención
a la sintaxis de las cosas
nunca podrá besarte por completo;

ser un completo idiota
mientras es Primavera en el mundo

mi sangre aprueba,
y los besos son un mejor destino
que la sabiduría
muchacha, lo juro por todas las flores. No llores
-el mejor gesto de mi cerebro vale menos que
el aleteo de tus párpados el cual dice

que somos el uno para el otro; entonces
ríe, recostada entre mis brazos,
porque la vida no es un párrafo.

Y la muerte creo que no es ningún paréntesis.»
 (Edward Estlin CUMMINGS, típicamente abreviado por sus editores como
e. e. cummings; Cambridge, Massachusetts, 14 de octubre de 1894 – Joy Farm, North Conway, New Hampshire, 3 de septiembre de 1962)
 
 ¿Cuántas veces un sentimiento barre mil rastros de sabiduría?... ¿Cuántas veces la necesidad de sentirnos completamente algo, amantes amados o primaverales idiotas, nos fuerza a desear deshacernos de viejas experiencias y razones?...  ¿Cuántas veces los latidos dejan entre las sombras nuestras ideas más preclaras ante la indomable luz de un tierno parpadeo?...
Y, sin embargo, debemos saber, con bienhumorada certeza, que la vida está siempre más allá de las palabras y los versos, de los párrafos y las estrofas (por mucho que puedan pulular por el universo virtual de la red).
Y es que la vida precisa ser transformada, mejorada para eso que llamamos “el común de los mortales”, con algo más que sentimientos y latidos, aunque sin sentimientos y latidos no haya cambio posible. Transformar la vida hasta hacer que cada cual pueda encontrar los brazos en los que sesee recostarse, el rincón que desee habitar, el mundo en el que sea posible respirar con alegría, ha de ser, sobre todo y ante todo, la tarea de una reflexión que actúa (porque siente) y de una actuación que reflexiona (porque busca).
Y es que no podemos ser cómodamente conformistas viendo los múltiples y variopintos desastres, personales y colectivos, que nos rodean, oyendo los vacuos discursos que los distorsionan, legitiman y perpetúan... No podemos serlo precisamente porque la muerte es mucho más que un paréntesis: es un punto final que a millones de personas les llega demasiado pronto y tras demasiado sufrimiento.
Nacho Fernández del Castro, 10 de Enero de 2012.

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