miércoles, 18 de enero de 2012

Pensamiento del Día, 18-1-2012

«Para explicar la conciencia, siempre hemos de aceptar algo primero y originario, antes en el sentimiento, ahora en el querer. Todo pensar, todo representar, se halla en el medio, entre el querer originario y la limitación por el sentimiento.»
 (Johann Gottlieb FICHTE: Rammenau, 19 de mayo de 1762 – Berlín, 27 de enero de 1814. Fundamento de la doctrina de la ciencia, 1794.)
Es evidente que no hay pensamiento sin voluntad... Quien piensa el mundo debe partir de un querer el mundo (mejor) y su forma de pensarlo llegará hasta (o encontrará su límite en) el sentimiento de lo deseable-posible.
Nadie piensa, pues, en lo que le parece irrelevante o superfluo, precisamente porque es ajeno a su querer... Nadie piensa más allá de lo que siente como deseable, como realización de su propio sentimiento.
Disociar la razón del querer y del sentir es el fruto de un reduccionismo intelectualista de los humano (ya en la tradición platónica la filosofía nace como un eros)... Desoír el papel del razonar en el paso de la voluntad al sentimiento es un reduccionismo emotivista de lo humano (en el que tan a sus anchas se mueven los fundamentalismos de todo signo).
Potenciemos, pues, nuestros actos como los de un ser humano completo, cuya voluntad se manifiesta en la necesidad de construir racionalmente sus sentimientos.

Nacho Fernández del Castro, 18 de Enero de 2012

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