lunes, 16 de enero de 2012

Pensamiento del Día, 16-1-2012

«La propuesta de dinero y otros intereses sólo debería hacerse a los infames que pelean por su esclavitud, mas no al que defendía su dulce libertad, como él lo haría a sangre y fuego.»
 (Juana AZURDUY; La Plata, hoy Sucre, 12 de julio de 1780 – 25 de mayo de 1862. 
Comentario por el rechazo del soborno ofrecido por un oficial español a su marido, Manuel Ascencio Padilla, recogidas por Enrique de GANDIA en sus Conspiraciones y revoluciones de la independencia de América, 1960.)
¿Cuántas “propuestas de dinero y otros intereses” con rechazadas en este mundo, aquí y ahora, en favor de “la defensa de la dulce libertad”, en favor de la dignidad propia y colectiva, en favor del derecho a ser persona y no mera mercancía?... Vivimos en un mundo en el que el “todo vale” postmoderno ha sido sucedido por el caos interesado de un “¡sálvese quien pueda!” global. Y en esa “ceremonia de la confusión” ya nadie recuerda la verdadera solidaridad que da alas a quien carece de ellas, la cooperación que sólo busca el bien común. la libertad que sólo se entiende cuando es para todas y todos (es decir, cuando está mediada por la justicia), la igualdad que garantiza de dignidad universal de la vida. Si la solidaridad, la cooperación, la libertad, la justicia o la igualdad siguen siendo hoy vocablos en uso es tan solo en su condición de mercantilizables, en su capacidad para vincularse a actos concretos de consumo. Porque, en último extremo, si uno no quiere convertirse en un individuo marginal, en un disidente bajo sospecha, en un antisistema patético y peligroso, sólo puede ser solidario, cooperativo, libre, justo e igualitario en el estricto ámbito del mercado (¡hasta quienes practican la “disidencia simbólica” han aceptado que sus protestas y luchas se expresen a través de actos de consumo selectivo!).
¿Cómo recobrar entonces nuestra condición de personas, de sujetos que son el resultado de intricados cruces de heteronomías, más alla de las identidades de consumo?... ¿Cómo recuperar la capacidad para “decir no” al bajo precio de nuestras sumisiones y esclavitudes?.

Nacho Fernández del Castro, 16 de Enero de 2012

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