domingo, 15 de enero de 2012

Pensamiento del Día, 15-1-2012

«Era bello y simple, como son todos los engaños...»
(William Sydney Porter,  más conocido por el seudónimo de O. HENRY; Greensboro, Carolina del Norte, Estados Unidos, 11 de septiembre de 1862 – New York City, 5 de junio de 1910)
El mundo, este rincón cotidiano del universo en el que vivimos, es muchas veces, ¿qué quieren que yo le haga?,  feo, duro, difícil... Y siempre complejo. Por eso debemos sospechar siempre de las cosas que se presentan ante nosotros con una belleza y simplicidad sin mácula, con una levedad y delicadeza perennes, con una perfección y armonía absolutas.
Y es que debemos vivir en lo infecto y disonante, sí, porque de ese modo es el mundo real, pero también (y, acaso, sobre todo) porque es mucho más divertido... Lo perfecto y armonioso conduce casi inevitablemente al tedio y siempre a un conformismo anquilosante. En la divergencia encontramos, en cambio, la dilogía que enriquece, en la adversidad la fortaleza del pensamiento para la acción. Ockham no tenía razón al unir lo simple con la verdad, aunque “el corte de su navaja” sirviera para iniciar la amputación del teocentismo medieval en nuestra forma de aprehender el todo... Debemos, insisto, vislumbrar prudencialmente el engaño tras toda simplicidad hermosa. Precisamente porque simplificar lo que es, de suyo, intrincado, presentar como simple y fácil lo que es complejo y arduo, es el más despreciable de los oscurantismos. Y la más burda de las falacias.

Nacho Fernández del Castro, 15 de Enero de 2012

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