Pensamiento del Día, 15-6-2011

«Sin contrarios no hay progreso.»

 (William Blake; Londres, 28 de noviembre de 1757 – 12 de agosto de 1827.

"El alegato" en El matrimonio del cielo y el infierno, 1790-1793)

 

Sentir la necesidad dialéctica de la discrepancia es, en sí mismo, un principio básico del afán por el verdadero progreso del mundo.... No hay dinámica humana sin conflicto, sin contrarios, sin contradicciones. Por eso la sinceridad abrupta, cuando se mueve en un entorno de positiva tolerancia, facilita más el cambio, el avance de las cosas, que la sacralizada empatía postmoderna... Ponerse en el lugar del otro para comprenderle, renunciando a enfrentar nuestras razones con las suyas, es, en el fondo, un mero ejercicio de cinismo conservador que renuncia, en la práctica, a toda posibilidad de modificación colectiva del mundo. O, aún peor, cuando se practica con auténtico convencimiento, el paso definitivo del todo vale epistemológico (teórico) a un todo es legitimable ético-político (práctico).

Nacho Fernández del Castro, 15 de Junio de 2011.