viernes, 3 de junio de 2011

Pensamiento del Día, 3-6-2011

«Contar un dolor es consolarlo.»

 (José Maria Eça de Queiroz; Póvoa de Varzim, 25 de noviembre de 1845 —

París, 16 de agosto de 1900. El misterio de la carretera de Sintra, 1870)

 

Tratamos de buscar consuelo para nuestros dolores y cuitas en actividades evasivas, en conductas de evitación, en miradas hacia otro lado... Pero los dolores, personales y colectivos, como realmente se consuelan es por el mero hecho de contarlos, pues, haciendo a alguien (un otro que sirve de espejo, aunque evite las vanas recetas) partícipe de ellos, damos un paso decisivo hacia esa toma de conciencia que nos permite afrontarlos con más sabiduría, con mejores expectativas de crear las condiciones de posibilidad para su superación, casi nunca para su erradicación, pues no es malo que los dolores dejen tenues huellas que, al fin y al cabo, también nos fortalecen y conforman. Por eso son potencialmente tan fecundas las concentraciones de indignados que hacen partícipe a todo el mundo del oprobio generalizado, del dolor ciudadano, de las cuitas planetarias... En ese desgranar públicamente las causas de su indignación, huyendo de los fáciles consejos de tantas viejas resistencias fracasadas, late la posibilidad misma de otros mundos más justos.

Nacho Fernández del Castro, 3 de Junio de 2011.

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