«Las televisiones en España han hecho tal labor de destrucción de la ciudadanía que harán falta siglos de educación para enderezarlo. Hay un gran interés político y económico en que la gente sea imbécil.»
(Fernando Rodríguez Trueba; Madrid, 18 de enero de 1955. Blogdecine, Septiembre de 2009)
Recuperar el sentido ciudadano más allá de la basura enlatada en la que se nos venden los imaginarios colectivos más eficaces del momento (éxito fácil, brutalidad mediática, miedos diversos y difusos que nos acechan en "el mejor de los mundos posibles",...) es tarea ardua... Tan ardua que ni siquiera la educación (ese quijotesco Bálsamo de Fierabrás que florece en las bocas políticas o técnicas como receta para todos los males sociales: desde la irresponsabilidad vial a la violencia sexista, pasando por las actitudes xenófobas, los problemas alimentarios o el consumo de drogas) parece instrumento oportuno para contribuir a ello con algún vislumbre de avance. Y es que el interés político y económico que genera esas representaciones que nos convierten en imbéciles, también son los dueños de la escuela; y los agentes de cada comunidad educativa (familias, alumnado, profesorado) no pueden dejar de ser arrastrados por esa corriente de imbecilidad prefabricada. De ahí el valor de que en las plazas indignadas, al menos, no se vea la televisión.
Nacho Fernández del Castro, 8 de Junio de 2011.
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