lunes, 13 de junio de 2011

Pensamiento del Día, 13-6-2011

«-Usted ha calificado de liturgia vacía el sistema democrático, ¿a qué se refería? ¿Los ciudadanos solo cuentan cada cuatro años cuando van a votar?.

- Es una misa cuatrianual y ya está. La Iglesia cree que en la comunión no hay pan y vino, sino una presencia real de carne y sangre. En la democracia a la que nos hemos resignado no hay una presencia real del pueblo, consiste en expulsar al pueblo, mandarlo a misa cada cuatro años y que no participe. Y de hecho es lo que está sucediendo. Ya no hay sindicatos ni ningún proyecto colectivo, ni presencia del pueblo en ninguna institución. Los partidos dicen que hablan en nuestro nombre y la mayoría no se siente representada.»

 (Rafael Reig ; Cangas de Onís, Asturias, 16 de septiembre de 1963. "Entrevista " realizada por

Javier G. Caso para La Voz de Asturias cpm ,ptovp de ña presentación de su novela Todo está perdonado, 13-6-2011)

 

La ceremonia del sufragio, en nuestras democracias más representadas que representativas, se constituye en una verdadera comunión de los santos casi mística... Santas son las buenas gentes que, sin fe ni esperanza, rascan aún la caridad suficiente para ir a votar por si algo cambia... Santas son tantas personas de buena voluntad que, por encima de los continuos desmanes y corruptelas de los políticos al uso, quieren aún creer (sin ver) en el valor de unas siglas frente a la debilidad de los seres humanos concretos... Santas son esas calladas mayorías que toleran (sin crispación ni ira) que el sistema se olvide de su desinterés patente o su nítida conciencia abstencionista... Santas son las pequeñas huestes de esos partidos minoritarios que saben que sus puñados de votos serán olímpicamente despreciados por el porcentaje mínimo exigido desde la patraña de la gobernabilidad y por el sistema de representación inventado por el malhadado señor d'Hont. Santo, en fin, es el pueblo en su conjunto, expulsado de las instituciones y forzado a legitimar/validar un friso de trapicheros que para nada lo representa, pues, en realidad, son meros valedores de los intereses de los menos, de los poderosos (más "brazo ejecutor" de dichos intereses que un poder ejecutivo independiente). ¿Hasta cuándo durará tanto ejercicio de "democrática" y paciente santidad?.

Nacho Fernández del Castro, 13 de Junio de 2011.

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