«La vida es aquello que te va sucediendo mientras estás ocupado haciendo otros planes.»
(John Winston Ono Lennon Stanley; Liverpool, Inglaterra, 9 de octubre de 1940 –
Nueva York, Estados Unidos, 8 de diciembre de 1980.
En "Beautiful Boy (Darling Boy)", del álbum Double Fantasy de Yoko Ono y John Lennon, 1980)
Siempre estamos programando, esperando, auspiciando, vaticinando... Y la vida siempre nos sorprende con gotas o diluvios de desgarro o diversión. Es, en cualquier caso, absolutamente necesario que hagamos esos planes, aunque sólo sea para que el impulso vital se adueñe de nosotros por otros derroteros, suceda en otros lares, se manifieste en otras acciones más espontáneas. Sin planes, sin objetivos, sin criterios, no hay medida posible del logro, ahora que está tan en boga evaluarlo todo cuantitativamente... Y, en buena medida, el ser humano se hace en cuanto que es capaz de convertir su cotidianidad en ceremonia, de someter su tiempo a rutinas, de proyectar sus tareas hacia una recursividad siempre posible. Cada cual sabe, sin embargo, que, si repasa las más gozosas situaciones de su vida, casi siempre andarán por el medio notables dosis de azar, elementos reseñables de improvisación, incluso alguna pizca de indolente apertura al despropósito. Y acaso eso es la vida en su versión más prístina: azar, improvisación y despropósito que nos empeñamos en someter a leyes causales mediantre un proceso de ritualización... ¿Hacer causal lo casual o hacer casual lo causal?, ¡esa es la cuestión!.
Nacho Fernández del Castro, 12 de Abril de 2011.
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