«Quizás mañana vengan otra vez lentas horas de claridad para los ojos de esta mirada tan ávida.»
(Salvador Espriu i Castelló; Santa Coloma de Farnés, 10 de julio de 1913 –
Barcelona, 22 de febrero de 1985. Canción del atardecer, 1949)
Acaso son oscuros los tiempos para quien tiene la mirada ávida... Pero, ¿qué importa?. En realidad cada día parece que hay menos gente con la mirada ávida... La mayoría se conforma con llenar sus ojos de basura rosa o morbosidad truculenta, de goles alienantes o mercantilismos glamourosos, de mundos virtuales o experiencias vacías. ¿Es aún la escuela el ámbito donde las miradas pueden aprender a recobrar la vieja avidez para atreverse, al menos, a esperar un mañana de horas más claras?. O, ¿es ya, inevitablemente, una parte más del propio espectáculo de la oscuridad y la confusión?.
Nacho Fernández del Castro, 4 de Abril de 2011.
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