«[...] sólo una gran inteligencia es capaz de insuflar un sentido lógico a ideas insensatas.»
(Milan Kundera; Brno, 1 de abril de 1929. La identidad, 1996)
Es frecuente que verdaderas insensateces, adornadas con bellas palabras y apoyadas en argumentos brillantes, nos puedan seducir... De hecho, en eso se basa el mercado para llenar nuestros hogares de cachivaches que nunca usaremos, ropa que nunca vestiremos o libros que nunca leeremos, en una seducción publicitaria que mejora sus métodos cada día. Por eso sería tan importante que la escuela fuese capaz de enseñar nuestros oídos a escuchar los gritos que tratan de encubrir algunas bellas palabras, y de entrenar nuestros ojos para que miren las sombras que acechan tran tantos argumentos brillantes... Sagacidad para captar ripios y falacias podría ser hoy el núcleo de una educación para la supervivencia.
Nacho Fernández del Castro, 13 de Abril de 2011.
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