«Con esto, yo lo que quiero es dar una lección, por mis muchos años, yo me puedo permitir este gusto, a todos los que creen que el futuro esta en sus manos, y no en las manos de los que se han apoderado del futuro de todos nosotros.»
(Fernando Fernández Gómez, artísticamente Fernando Fernán-Gómez;
Lima, Perú, 28 de agosto de 1921 – Madrid, 21 de noviembre de 2007.
La silla de Fernando, 2006 –película/conversación de Luís Alegre y David Trueba-)
¿Dónde está el futuro; ese mañana que para la inmensa mayoría de la humanidad (el tercer mundo de los países económicamente subdesarrollados y desarrollantes del llamado Sur, el cuarto mundo de los excluidos del ficticio bienestar de los países económicamente desarrollados y subdesarrollantes del llamado Norte) sólo augura hambre, miseria, penalidades sin cuento y una vida corta y violenta; ese porvenir que, incluso para los incluidos del mundo rico, sólo anuncia precariedad y un nutrido vademécum de manifestaciones neuróticas?... La tan traída y llevada globalización es, primero y sobre todo, mundialización de la precariedad vital, de la pérdida de horizontes temporales colectivos, de la renuncia a la esperanza. Son quienes dictan las normas, manejan nuestros intereses y construyen nuestros imaginarios colectivos, los que se han hecho dueños del futuro. ¿No debiera la escuela, como institución educativa nuclear, replantearse, al menos, su obligación ético-política de contribuir a la inversión de este proceso?.... ¿Dónde podremos, si no es así, recuperar un poco de estabilidad en el vivir, un vislumbre de aurora posible, una mínima esperanza?.
Nacho Fernández del Castro, 7 de Abril de 2011.
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