«Luchar contra el mal es luchar
contra nosotros mismos.»
(Octavio PAZ LOZANO; Ciudad de
México, México, 31 de marzo de 1914 -19 de abril de 1998;
Premio Cervantes 1981, Premio Nobel de Literatura 1990, Premio Príncipe
de Asturias de Comunicación y Humanidades 1993 por su revista Vuelta. Itinerario, 1994.)
Todo está muy mal, vale... Los hechos distan mucho de apuntar hacia una reducción de ese mal
(al menos para la inmensa mayoría de seres humanos, con menguada fortuna
personal), vale... Los poderes económicos
son taimados y no se paran en barras para aumentar su beneficio a costa de lo
que sea y de quienes ssea, vale...
Las fuerzas del bien (o sea, de los más,
de quienes siempre han llevado la peor parte en esto del vivir) se encuentran colapsadas por la desmesura de
la gran estafa a la que se ven sometidas sin que se atisbe salida alguna,
vale...
Pero, si como decía
Manolo Vázquez Montalbán no hay más remedio que admitir que ya no hay verdades únicas ni luchas finales,
también debemos admitir con él que aún debe
resultar posible orientarse mediante
verdades posibles contra las no verdades evidentes... Es decir, es un deber inexcusable de quien percibe
el mal saber que, dado que tampoco hay destinos
fatales, hacerlo evidente en cada ocasión propicia es ya una forma de
lucha contra él. En definitiva, una forma
de lucha contra nosotros, contra nuestra tendencia a “conservar” en cuanto
tenemos unas migajas, contra nuestro deleite masoquista en la queja inactiva...
Contra nuestro propio fatalismo, en fin.
Nacho Fernández del Castro, 14 de Marzo de 2014
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