viernes, 13 de diciembre de 2013

Pensamiento del Día, 13-12-2013



«...El hogar es el refugio,
del amor, del júbilo, de la paz, y mucho más, donde
soportando y soportando, refinados amigos
y queridos parientes se unen en la felicidad...»
 (James THOMSON; Ednam, Roxburghshire, Escocia, 11 de septiembre de 1700 – 27 de agosto de 1748. Versos de The Seasons –Las Estaciones-, 1726-1730.)
A veces, muchas veces, en medio de la vorágine de una vida a la que cada día cuesta más encontrarle sentido alguno, uno siente la irresistible tentación del hogar como refugio... Ese espacio definido por las propias tareas cotidianas, sólo interrumpidas por la invasión efímera e inconstante de las amistades más o menos refinadas y la parentela más o menos querida.
Un espacio, en fin, en el que la costumbre (y hasta, si se me apura, el tedio saludable) se convierten en agente fundamental de la felicidad personal y colectiva (al menos, de la pequeña comunidad familiar).
Único ámbito propicio para la paz, el amor y hasta el júbilo (aunque sea ocasional), en medio de un mundo caótico y hostil, el hogar se torna en sí mismo como parapeto para la resistencia frente a la opresión globalizada.
Sí, no deja de ser paradójico que la opresión deje casi como única instancia de disidencia universal el rincón, por excelencia, de lo particular... Pero así es.
Así que cultivemos las virtudes hogareñas... Porque en ellas está, aquí y ahora, la semilla de una verdadera actitud antisistema.
Nacho Fernández del Castro, 13 de Diciembre de 2013

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