«La educación es el gran motor del desarrollo personal. Es a través de la
educación como la hija de un campesino puede convertirse en una médica, el hijo
de un minero puede convertirse en el jefe de la mina, o el hijo de trabajadores
agrícolas puede llegar a ser presidente de una gran nación.»
(Nelson
Rolihlahla MANDELA; Presidente
del Congreso Nacional Africano 1991-1997, Premio Nobel de la Paz 1993, Presidente de
Sudáfrica 1994-1999, Secretario General del Movimiento de Países No Alineados
1998-1999; Mvezo, El Cabo, Unión de Sudáfrica, 18 de julio de 1918 -
Johannesburgo, Gauteng, Sudáfrica,
5 de diciembre de 2013. Long walk to
freedom: The autobiography of Nelson Mandela
–El largo camino hacia la
libertad-, 1994 -1995
para la primera edición en castellano-.)
Por eso, ahora que tirios y troyanos dicen
rendirse al legado de Mandela, da un poco de asco... Porque uno de los
detectores más sensibles de la falta de justicia,
libertad material y verdadera democracia
en una sociedad es, siguiendo la tradición de Madiba, el análisis estructural de
su sistema educativo... Si este no
tiene como primer objetivo y fundamental la articulación de una igualdad de oportunidades efectiva (o lo
que es lo mismo, si no está dispuesto a poner recursos específicos y en la
cuantía necesaria para crear las condiciones
de posibilidad de la compensación de
las desigualdades socioeconómicas y culturales de partida) el Estado está,
en la práctica, configurando una sociedad muy poco democrática y libre, nada
justa. Y eso es, precisamente, lo que se ha venido haciendo desde hace mucho en
este país y lo que la LOMCE, aprovechando
además la crisis/estafa con sus recortes, ha radicalizado y acelerado en
un verdadero salto cualitativo: recortar, primero y ante todo, en los recursos
(docentes y materiales) dirigidos a la superación de las desigualdades de
partida (con apoyos dentro y fuera del aula, refuerzos educativos y aulas
flexibles, especialistas en pedagogía terapéutica, etc.) de las poblaciones
contextualmente desfavorecidas. Así que ya hasta los baremos cuantitativos
externos, como el Informe PISA, lo
detectan como una notoria pérdida de la
equidad educativa del sistema (es decir como la pérdida de su capacidad para
reducir las diferencias de partida).
Y, en el pensamiento de Madiba, un Estado que
no apuesta por una educación universal y emancipadora como base para una
sociedad más democrática, justa y libre, pierde toda su legitimidad (como aquel que lo mantuvo veintisiete años
encarcelado).
Pero caro, él era también, sobre todo y de
nacimiento, Rolihlahla, “alborotador” o “rebelde” para la población nativa xhosa, así que, si no a un cuarto de siglo entre rejas, seguro que,
aquí y ahora, la anunciada Ley de
Seguridad Ciudadana le hubiese condenado a multas ingentes que le habrían
llevado a la total insolvencia (como parece que les va a ocurrir a activistas por la memoria histórica y víctimas
de la dictadura que se reunieron ante la Audiencia Nacional para apoyar
la querella instruida en Argentina contra los crímenes del franquismo en la comparecencia de Billy el Niño y Jesús Muñecas ante el juez
Ruz, viéndose acosados y
hostigados por los sucesores de los comparecientes)... Así que nadie, ni esa
familia extensa que, paradójicamente, no pudo educar ni armonizar, invoque su
nombre en vano... O, mucho menos, con intereses bastardos.
Nacho Fernández del Castro,
6 de Diciembre de 2013
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