miércoles, 19 de febrero de 2014

Pensamiento del Día, 19-2-2014




«El sujeto no debe darse cuenta de que los malos tratos son un ataque deliberado contra su identidad por parte de un enemigo anti-humano. Debe hacérsele sentir que CUALQUIER trato que reciba lo tiene bien merecido porque hay algo (nunca preciso) horrible en él que le hace culpable
 
 (William Seward BURROUGHS; San Luis, Misuri, Estados Unidos, 5 de febrero de 1914 - Kansas, 2 de agosto de 1997. Naked Lunch –El almuerzo desnudo-, 1959 -1989 para la primera edición en castellano-.)
Nació hace un siglo, pero ¡qué lucidez!... El escandaloso (por ir contra todas las convenciones) almuerzo desnudo de Burroughs (escrito, por cierto, el mismo año en el que nací yo) plasmaba ya con nitidez (y brutal sarcasmo) lo que es el ideal de la violencia basada en el ejercicio del poder, del dominio ilegítimo (ya sea la ejercida por el aparato jurídico-represivo del Estado o por el macho dominante).
Se trata de constituirse en instrumento anti-humano, en automatismo irreflexivo que se desencadena su ataque ante actos que, aunque con frecuencia las víctimas no sepan con precisión por qué, sienten que las hacen merecedoras de cualquier trato vejatorio, de cualquier castigo, hasta de la muerte.
Se trata, en fin de poner todos los discursos y toda la maquinaria mediática del poder al servicio de la extensión de un imaginario colectivo (como todos, más determinante de sentimientos y conductas que determinado en sus perfiles) de lo socialmente horrible, de lo que merece ser demonizado, de lo que resulta criminalizable... Y de hacerlo, además, de forma vaga, sin gran precisión, para que, por un lado, las víctimas potenciales vivan en el miedo permanente al “merecido castigo” (por no tener totalmente claro qué es lo que necesariamente lo provoca y, de paso, generar cierta sumisión agradecida cuando no se recibe), y, por otro, los poderosos ejecutores (sus verdugos) puedan tener un amplio espacio de discrecionalidad que fortalezca aún más su dominio.
Evidentemente, esa era la situación (y debieron ser las últimas sensaciones de incomprensión y miedo) de la decena y media de muertos en el intento de alcanzar la costa de Ceuta... Y esa es la situación (y las sensaciones) de tantas mujeres maltratadas.
Pero, en esta caso, las autoridades (o los ufanos paladines del patriarcado) no piden disculpas por las molestias a la ciudadanía... Saben lo que hacen.
Nacho Fernández del Castro, 19 de Febrero de 2014

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