miércoles, 26 de febrero de 2014

Pensamiento del Día, 26-2-2014



«Si tengo salud y ganas y algo nuevo que decir de mí y puedo 
provocar sorpresa, creo que tengo que seguir. Pero depende de mi 
naturaleza y de cómo me sienta.»
 Paco de Lucía 4.jpg
 (Francisco Sánchez Gómez, conocido artísticamente como PACO DE LUCÍA; Premio Nacional de Guitarra de Arte Flamenco 1992, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes 1992, Distinción de Honor en los Premios de la Música 2002, Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2004; Algeciras, Cádiz, 21 de diciembre de 1947 - Playa del Carmen, Quintana Roo, México, 25 de febrero de 2014. Declaraciones a propósito de la concesión del Premio Príncipe de Asturias de las Artes, Octubre de 2004.)
File:Paco de Lucia in 2010 2.jpgEn esta sociedad del espectáculo y de la apariencia es rara flor quien sigue aquel viejo principio pitagórico de no hablar hasta estar seguro de que las palabras serán preferibles al silencio... Y así nos va.
Las más espléndidas plumas, los más maravillosos pinceles o los creadores de las armonías sonoras más sutiles son presionados por las industrias culturales, una vez se les ha concedido un premio de relumbrón, para convertir den mercancía en el mercado correspondiente hasta sus redacciones escolares, sus dibujillos infantiles o sus viejos sones balbucientes con tal de contribuir al ascenso de la insignificancia y, claro, hacer caja. ¡Todo sea por el negocio!.
Y son muchas las privilegiadas manos domadoras de musas (manos, en realidad, siempre callosas por su pelea constante con palabras, formas y colores, acordes y cadencias) que tras un gran reconocimiento no han podido ya volver a crear una obra que estuviese en consonancia con su esplendorosa producción pasada... En realidad, lo que les ha faltado es tiempo, acelerados por los mercachifles de la cultura para mantener un ritmo de producción que “animase el mercado” a costa de convertir en producto vendible cualquier esbozo de idea.
Pocos ejemplos hay de férrea resistencia a esas presiones, de mantenimiento de la distancia prudente frente el alboroto mundano y mediático que exige todo acto de (re)creación artística, de contención del (rentable) “vertido de obras” que poco o nada tenían ya que decir...
Por eso destaca con tanta fuerza el ejemplo de Paco de Lucía... Porque quien, siguiendo los míticos pasos del Niño Ricardo y de Sabicas, se convirtiera en exponente máximo de la extensión mundial del reconocimiento al flamenco (recibiendo, por ello, los galardones más sonados) supo gestionar siempre su arte desde la consideración personal del posible valor de lo que tenía que decir y frente a lo que otros, mercaderes o puristas, querían que dijese (en base al precio y los potenciales beneficios).
Incluso retirándose, lejos del mundanal ruido, a la vieja fortaleza maya de Tuluum... Aunque allí la salud le jugara una mala pasada y muriera tan prematuramente.
Nacho Fernández del Castro, 26 de Febrero de 2014

No hay comentarios:

Publicar un comentario