«El sueño es alivio de las miserias de los que las tienen despiertas.»
(Miguel de CERVANTES SAAVEDRA; Alcalá de
Henares, Madrid, 29 de septiembre de 1547 – Madrid,
22 de abril de 1616.
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, Segunda
Parte, Capítulo LXX, 1615 –la Primera Parte había
aparecido en 1605-.)
En tiempos de opresión globalizada y sumisión
aprendida alentar las resistencias está
muy bien... Pero hace falta algo más. Hace falta capacidad de propuesta; y, cuando las viejas utopías se nos han ido rompiendo entre las manos, hace falta renovar los sueños, o, al menos, recuperarlos, readaptarlos... Y perseguirlos.
Quijotes, al fin, en un mundo de gigantes opresores, sólo en la lucha frente a su poder inmoderado y ufano (por mucho que los Sanchos de turno, tan
prácticos y prudentes como dóciles y sumisos, nos digan que son molinos y
pretendan darse media vuelta sin llamar demasiado la atención) podremos
encontrar algún rastro de tantas dignidades perdidas, de tantos mañanas robados,
de tantas esperanzas marchitas...
Si los sueños
de ayer están rotos, habrá que recomponer lo que se pueda desde los fragmentos...
Aunque solo sea para la aliviar las miserias
presentes, que son muchas y muy universales.
Real o idealizada, necesitamos nuestra
Dulcinea.
Necesitamos sueños...
Nacho Fernández del Castro,
24 de Septiembre de 2013
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