Pensamiento del Día, 15-3-2013

«...Yo consuelo a los afligidos, yo pongo unas gotitas de agua en la boca del sediento. Claro es que les engaño con risueñas ilusiones... ji... ji...»

 (Benito María de los Dolores PÉREZ GALDÓS; Las Palmas de Gran Canaria, 10 de mayo de 1843 - 

Madrid, 4 de enero de 1920. Celia en los infiernos. Comedia en cuatro actos, 1913.)

Los poderes formalmente establecidos, velando por los intereses de sus amos, consuelan nuestras aflicciones con bellos discursos perfectamente huecos, disipan eventualmente nuestra sed de justicia con algunas gotitas de sensatas sentencias inútiles ante su capricho legislador... Un capricho que, por serlo, podrá legislar cuanto quiera, pero ya nada conseguirá legitimar, por la propia y profunda deslegitimación de las instituciones implicadas en círculos tan viciosos.

Y es que el sistema mismo, en su afán esencial de explotación y consumo, va haciendo crecer el gran engaño que pone ante nuestras miradas atónitas risueñas ilusiones que diversifican las formas de alienación (religiosas, laborales, consumistas, ociosas,...) hasta convertirnos en seres sin identidad que sólo aciertan a manifestarse mediante actos de consumo (de bienes materiales o culturales, de placeres precarios u opciones políticas irrelevantes,...).

Así, en un proceso ya largo, la ciudadanía fue convirtiéndose primero en clientela (todavía desde una cierta voluntad de fidelización) y, por último, en consumidores y consumidoras que deben elegir y optar en cada paso de sus vidas en función de lo que consideren, en el momento, la mejor oferta... La vida ha ido siendo absorbida por lo que Naomi Klein llamaría el poder de las marcas, ese Gran Alcahuete que todo lo prostituye... Porque todo reto o problema vital parece requerir, aquí y ahora, una respuesta vinculada a la elección entre diversas marcas (de bienes y servicios, de solidaridades y cooperaciones, de información y creación, y hasta de esperanzas)... Ese es el negocio. ¿Hasta cuándo?.

Nacho Fernández del Castro, 15 de Marzo de 2013