jueves, 21 de marzo de 2013

Pensamiento del Día, 21-3-2013



«Cuando escribo mi nombre,
lo siento cada día más extraño.
¿Quién será ése?
me pregunto.
Y no sé qué pensar.
Ángel.
Qué raro.»
 (Ángel GONZÁLEZ MUÑIZ; Oviedo, 6 de septiembre de 1925 – Madrid, 12 de enero de 2008;  
Premio Príncipe de Asturias de las Letras 1985. “De otro modo” en Deixis en fantasma, 1992.)
En la sociedad de la apariencia y el espectáculo resulta cada día más difícil saber quién somo realmente... Volcados definitivamente en un mundo simbólico y efímero, situacional y fragmentario, lo único que nos “identifica” son nuestros actos de consumo. Consumimos una marca u otra de cerveza... Con alcohol o sin alcohol... Rubia, tostada o negra... O preferimos el vino... O la sidra... O el agua porque somos abstemios... Y vuelta a empezar con las marcas, los tipos, las calorías...
E igual con los alimentos, con los transportes, con las diversiones, con los espectáculos... Y ya también con los servicios sanitarios o educativos...
Y hasta con esto que llaman democracia (y no lo es), porque, al fin y al cabo, uno nunca puede estar muy seguro de que marca política gestiona menos en negro nuestros dineros o va a ser más rápida a la hora de decir “si, bwana” a la voz de sus amos y obrar en consecuencia.
Así que no es  extraño que el irónico Ángel González se sintiera (en el año de los gloriosos Juegos Olímpicos de Barcelona y el “amigos para siempre”) cada día más extrañado de su propio nombre... Al fin y al cabo, él sólo era un poeta... Y lo supo sólo cuando se lo dijeron.
Nacho Fernández del Castro, 21 de Marzo de 2013, Día Mundial de la Poesía

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