«Es más fácil legalizar ciertas cosas que legitimarlas.»
(Sébastien-Roch
Nicolas, CHAMFORT;
Clermont-Ferrand, Francia, 6 de abril de 1741 - París,
13 de abril de 1794. Chamfortiana,
ou Recueil choisi d'anecdotes piquantes et de traits d'esprit de chamfort;
Précédé d'une notice sur sa vie et ses ouvrages
-Máximas, pensamientos, caracteres y
anécdotas-, 1800 -1989 para la edición parcial española-.)
Suele ocurrir... Uno, entre otras muchas
personas, ve sus derechos pisoteados
por las arbitrariedades y cambalaches de las autoridades (in)competentes que dicen
representarnos (y no lo hacen)... Uno, a veces, tirando de su
tiempo y su dinero, desgastando salud y ánimos, sumiéndose en burocracias y
cabreos, llega a demostrar en los tribunales
de eso que llaman justicia (y no lo es) sus razones.
De nada sirve, la casta política manejará sus instrumentos
formales de poder para legalizar
sus manejos y trapicheos con nuevas normas
ad hoc.
El atropello nunca quedará legitimado, pero eso, ¿a
quién le importa?... Inmediatamente los esbirros
y correveidiles de los testaferros
políticos de los amos del mundo aplicarán
la vieja máxima (éticamente tan mínima) del “ande
yo caliente y ríase la gente”... Y, ya se sabe, “dentro de cien años, todos calvos”. O sea, que ya nadie se acordará
de la tropelía que barrió derechos y violó
dignidades con escoba pseudolegal.
Esto ocurría hace más de doscientos años, en tiempos
de Chamfort, y ocurre ahora... Con más sutileza
formal tal vez, que para eso estamos en lo que llaman democracia (y no lo es); pero, desde luego, también con mucho más descaro material... ¡Que se lo digan a
la población chipriota!.
Nacho Fernández del Castro, 18 de Marzo de 2013
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