domingo, 17 de marzo de 2013

Pensamiento del Día, 17-3-2013



«Orden, el Orden.- ¡Cuántos crímenes se cometen en tu nombre! (V.libertad).    [...]
Libertad.- ¡Oh libertad!. ¡Cuántos crímenes se cometen en tu nombre!.
Tenemos las libertades que son necesarias. La libertad no es licencia (frase conservadora)
 Flaubert-Giraud.jpg
(Gustave FLAUBERT; Ruan, Alta Normandía, Francia, 12 de diciembre de 1821 – Croisset, Baja Normandía, 
8 de mayo de 1880. Dictionnaire des idées reçues –Diccionario de lugares comunes-,  
Edición póstuma en 913 –edición en castellano, por ejemplo, de 2005-.)
Flaubert dissection.jpgResulta curioso no sólo que ese lugar común que llamamos “el común de los mortales” se afana en aplicar idénticos lugares comunes, “¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre!” según la expresión de Flaubert, para términos como “orden” y “libertad”, sino, y sobre todo, que, incluso en mentes juiciosas y sentenciosas como la del genio ruanés tan ocupado en su eterna búsqueda de la mot juste, tal curiosidad parezca derivar de un implícita consideración de tales términos como opuestos.
Y esto es así porque la mot juste, la palabra exacta que se opone a “orden” no es “libertad”... “Orden” tiene como antónimos por excelencia “desorden” y “caos”, o, en todo caso, “descolocación”. “Libertad” tiene por antónimos eminentes “esclavitud” o “predestinación”, y, en sus posibles extensiones, “prisión”, “dependencia”, “rigidez” o, incluso, “recato”.
Pero suponer que la libertad y el orden son incompatibles es participar, de algún modo, de esas prácticas torticeras de los gobiernos de turno que arrojan sobre cualquier expresión de libertad leyes de conveniencia, amparándose en hipotéticos consensos sociales, o porras y togas, parapetándose tras el arcano Dura lex sed lex”... Sí, la ley es dura pero es la ley que conviene a los amos del mundo para que sus testaferros políticos impongan su orden.
Nacho Fernández del Castro, 17 de Marzo de 2013

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