«No he oficiado nunca en los altares del odio, he creído siempre que Dios, lo bello y el amanecer pueden unir a los hombres. Soy un criollo que quiere ser bueno y querendón, bueno y poeta, es decir, poeta bueno.»
(José María Andrés Fernando Lezama Lima; La Habana, 19 de diciembre de 1910—
9 de agosto de 1976. Paradiso, 1966)
Vivimos tiempos de grandes derrumbes y pequeñas esperanzas, momentos más para el grito y la rebeldía que para las razones serenas... No parece posible ya ser "bueno y querendón", como el criollo de Paradiso, en medio de un mundo que de mil formas nos agrede. ¿Cómo soportar que quienes responden a la crisis reduciendo los salarios de quien trabaja, aumentando la precarización laboral y el paro, dificultando el acceso a una pensión digna y dando dinero público a los poderosos, se permitan señalar a quienes acampan en la Puerta del Sol como peligros públicos?. ¿No son un peligro público quienes han provocado cinco millones de parados en este país?, ¿no son un peligro público quienes predican medidas de ajuste mientras pagan tres mil dólares por una noche de hotel?, ¿no son un peligro público quienes siguen jugando el triste juego de esta pseudodamocracia nada representativa para que todo siga igual?... La buena gente reunida en las plazas para mostrar su indignación escribía en endebles cartones "si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir"... Pues eso, quien tenga dignidad que se convierta en poeta bueno para, unido a todos los poetas buenos, no dejar dormir con sus versos a quienes, hoy como siempre, "ofician en los altares del odio".
Nacho Fernández del Castro, 17 de Mayo de 2011.
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