«Santiniebla está caído como un
pájaro enfermo sobre una oscura colina que avanza hacia el mar. La ría plomiza
contiene su empuje y lo liga a la tierra. Tal vez esa aspiración abatida
infunda a todo el pueblo su aire de rota melancolía...»
(Luís
CERNUDA BIDÓN; Sevilla, 21 de septiembre de 1902 – México, D.F., 5 de
noviembre de 1963.
“En la costa de
Santiniebla” en Hora de España, 1937.)
Toda nuestra sociedad, nuestra cultura,
nuestro mundo no es sino una gran ave enferma que, agotadas sus fuerzas en lo
que fuera (o se entendiera) como vuelo majestuoso, apenas acierta a arrastrarse
pendiente abajo, bajo la confusión de la niebla espesa, hacia el mar originario,
buscando acaso completar alguna suerte de círculo...
Y, entre tanto, nosotros, atónita ciudadanía
también confusa al no ser capaz de atisbar horizonte alguno tras la densidad de
la bruma, apenas acertamos a traducir los viejos sueños rotos en melancolías
presentes.
Sí, vemos como, por la pendiente de una educación al servicio de los mercados (no del conocimiento emancipador)
o de una sanidad al servicio de la
supervivencia de los más fuertes (o de quienes se la puedan pagar), se
desliza la sociedad de consumo,
envuelta por la calima calenturienta del discurso
único neoliberal, hacia el mar del desarrollo
insostenible.
¿Queremos y podemos seguir asistiendo impasibles al espectáculo?.
Nacho Fernández del Castro, 14 de Enero de 2013
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