martes, 26 de febrero de 2013

Pensamiento del Día, 26-2-2013



«...La rima es el tirano empurpurado,
Es el estigma del esclavo, el grillo
Que acongoja la marcha de la Idea.
No alegueis que es de oro! El Pensamiento
No se esclaviza a un vil cascabeleo!.
Ha de ser libre de escalar las cumbres
Entero como un dios, la crin revuelta,
La frente al sol, al viento. Acaso importa
Que adorne el ala lo que oprime el vuelo?.
. . . .Él es por sí, por su divina esencia,
Música, luz, color, fuerza, belleza!.
¿A qué el carmín, los perfumados pomos?...
¿Por qué ceñir sus manos enguantadas
A herir teclados y brindar bombones
Si libres pueden cosechar estrellas,
Desviar montañas, empuñar los rayos?.
¡Si la cruz de sus brazos redentores
Abarca el mundo y acaricia el cielo!.
Y la Belleza sufre y se subleva...
¡Si es herir a la diosa en pleno pecho
Mermar el torso divinal de Apolo
Para ajustarlo á ínfima librea!.
. . . .Para morir como su ley impone
El mar no quiere diques, quiere playas!.
Así la Idea cuando surca el verso
Quiere al final de la ardua galería,
Más que una puerta de cristal ó de oro,
La pampa abierta que le grita “¡Libre!”.»
 
(Delmira AGUSTINI; Montevideo, Uruguay, 24 de octubre de 1886 - 6 de julio de 1914. “Rebelión” en  
De El Libro Blanco”, quinta parte de Los Cálices Vacíos-, 1913.)



Curioso espectáculo el de esa casta política postmoderna, sobrada de afeites y tinturas capilares, que, en aras de la libertad del “¡todo vale!”, todo, en realidad, lo someten a norma, para imponerla luego a porra y toga como metafísico resultado de supuestos (y desconocidos) consensos... Y hablan, con ufano desprecio neoliberal, de lo trasnochado del pensamiento igualitario, mientras tratan de aplastar cualquier diversidad orgullosa que perciban como potencial peligro para sus unidades sacralizadas, en base a un principio centralista de igualdad.
Son como quienes, practicando una lírica modernista llena de obediencias endecasílabas, sonsonetes ritualizados y cultismos cargantes, se quejaban de la tiranía de la rima como un ataque intolerable a “las ideas que surcaban sus versos”.
Contra los contradictorios excesos culteranos de estas plumas nacieron otras auténticas libertades pegadas a la vida y sus latidos, incluso al exabrupto o el balbuceo.
Esperemos que, contra los contradictorios excesos del individualismo liberal, renazca también el aliento verdaderamente libertario capaz de fundirse con el anhelo de igualdad en aras de la justicia...  Así, cotidiana, sin mayúsculas, vital, abierta al afán de transgresión con alegría... La humanidad lo agradecería bastante.
Nacho Fernández del Castro, 26 de Febrero de 2013

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