«No, esta amenaza [la de la barbarie fascista] no ha desaparecido del todo. De la misma manera,
apelemos todavía a “una verdadera insurrección pacífica contra los medios de
comunicación de masas que no proponen otro horizonte para nuestra juventud que
el del consumo de masas, el desprecio hacia los más débiles y hacia la cultura,
la amnesia generalizada y la competición a ultranza de todos contra todos”.
A aquellos que harán el siglo XXI,
les decimos, con todo nuestro afecto:
“CREAR ES RESISTIR.
RESISTIR ES CREAR.»
(Stéphane Frédéric
HESSEL; Berlín, Alemania, 20 de octubre de 1917 - París, Francia, 27
de febrero de 2013. Final de Indignez-vous! -¡Indignaos!. Un alegato contra la indiferencia y a
favor de la insurrección pacífica-, 2010 -2011 para la edición en castellano-.)
Las voces
que, desde su modesta sabiduría,
desde su veterano afán de resistencia,
desde su serena voluntad de agitar el
mundo para sacudir las injusticias,
han logrado movilizar la indignación
popular frente a este oprobio
globalizado, van dejándonos un poco más solos, menos abrigados de imágenes y palabras, de disidentes metáforas
cálidas, precisas y sentidas... José Saramago, Eric Hobsbawm, Wislawa Szymborska, Paco Fernández
Buey, Enrique Meneses, Chavela Vargas, Oscar Niemeyer, Shulamith Firestone, ugenio Trías, y, ahora,
Stéphane Hessel han ido dejando este mundo,
en tiempos recientes, cruzado por el rastro
de su vida plena de luchas e desesperanzadas ilusiones. Desesperanzadas, sí,
por su racionalismo analítico no podía
dejar de reconocer lo desigual de la lucha
por la justicia, entendida como encuentro
de igualdad y libertad... Una lucha
en la que los instrumentos de dominio
simbólico son unos medios de
comunicación de masas, unas industrias
culturales prestas a poner toda la carne en el asador de la extensión global de la sumisión aprendida, la aceptación de un “todo vale” mientras sea susceptible de negocio en algún mercado, mientras se quiebra cualquier perspectiva comunitaria en un “¡sálvese
quien pueda!”.,
Todas
esta voluntades desaparecidas, aún no
pudiendo ser ingenuamente optimistas con respecto al mundo, supieron abrir
con sus huellas caminos creativos de resistencia...
Nos
toca ahora aprovecharlos y transformarlos hasta convertir la propia resistencia en capacidad de creación. Aunque ni
siquiera nos podamos apoyar ya en la sonrisa de Miliki, Tony Leblanc o María
Asquerino.
Nacho Fernández del Castro, 27 de Febrero de 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario