miércoles, 27 de febrero de 2013

Pensamiento del Día, 27-2-2013



«No, esta amenaza [la de la barbarie fascista] no ha desaparecido del todo. De la misma manera, apelemos todavía a “una verdadera insurrección pacífica contra los medios de comunicación de masas que no proponen otro horizonte para nuestra juventud que el del consumo de masas, el desprecio hacia los más débiles y hacia la cultura, la amnesia generalizada y la competición a ultranza de todos contra todos”.
A aquellos que harán el siglo XXI, les decimos, con todo nuestro afecto:
“CREAR ES RESISTIR.
RESISTIR ES CREAR.»
 
 (Stéphane Frédéric HESSEL; Berlín, Alemania, 20 de octubre de 1917 - París, Francia, 27 de febrero de 2013. Final de Indignez-vous! -¡Indignaos!. Un alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica-, 2010 -2011 para la edición en castellano-.)
Las voces que, desde su modesta sabiduría, desde su veterano afán de resistencia, desde su serena voluntad de agitar el mundo para sacudir las injusticias, han logrado movilizar la indignación popular frente a este oprobio globalizado, van dejándonos un poco más solos, menos abrigados de imágenes y palabras, de disidentes metáforas cálidas, precisas y sentidas... José Saramago, Eric Hobsbawm, Wislawa Szymborska, Paco Fernández Buey, Enrique Meneses, Chavela Vargas, Oscar Niemeyer, Shulamith Firestone, ugenio Trías, y, ahora, Stéphane Hessel han ido dejando este mundo, en tiempos recientes, cruzado por el rastro de su vida plena de luchas e desesperanzadas ilusiones. Desesperanzadas, sí, por su racionalismo analítico no podía dejar de reconocer lo desigual de la lucha por la justicia, entendida como encuentro de igualdad y libertad... Una lucha en la que los instrumentos de dominio simbólico son unos medios de comunicación de masas, unas industrias culturales prestas a poner toda la carne en el asador de la extensión global de la sumisión aprendida, la aceptación de un “todo vale” mientras sea susceptible de negocio en algún mercado, mientras se quiebra cualquier perspectiva comunitaria en un “¡sálvese quien pueda!”.,


Todas esta voluntades desaparecidas, aún no pudiendo ser ingenuamente optimistas con respecto al mundo, supieron abrir con sus huellas caminos creativos de resistencia...
Nos toca ahora aprovecharlos y transformarlos hasta convertir la propia resistencia en capacidad de creación. Aunque ni siquiera nos podamos apoyar ya en la sonrisa de Miliki, Tony Leblanc o María Asquerino.
Nacho Fernández del Castro, 27 de Febrero de 2013

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