sábado, 25 de mayo de 2013

Pensamiento del Día, 24-5-2013



«Avec ma gueule de métèque
De Juif errant, de pâtre grec
Et mes cheveux aux quatre vents
Avec mes yeux tout délavés
Qui me donnent l'air de rêver
Moi qui ne rêve plus souvent
Avec mes mains de maraudeur
De musicien et de rôdeur
Qui ont pillé tant de jardins
Avec ma bouche qui a bu
Qui a embrassé et mordu
Sans jamais assouvir sa faim



Avec ma gueule de métèque
De Juif errant, de pâtre grec
De voleur et de vagabond
Avec ma peau qui s'est frottée
Au soleil de tous les étés
Et tout ce qui portait jupon
Avec mon cœur qui a su faire
Souffrir autant qu'il a souffert
Sans pour cela faire d'histoires
Avec mon âme qui n'a plus
La moindre chance de salut
Pour éviter le purgatoire



Avec ma gueule de métèque
De Juif errant, de pâtre grec
Et mes cheveux aux quatre vents
Je viendrai, ma douce captive
Mon âme sœur, ma source vive
Je viendrai boire tes vingt ans
Et je serai prince de sang
Rêveur ou bien adolescent
Comme il te plaira de choisir
Et nous ferons de chaque jour
Toute une éternité d'amour
Que nous vivrons à en mourir



Et nous ferons de chaque jour
Toute une éternité d'amour
Que nous vivrons à en mourir



«Con mi cara de extranjero,
De judío errante, de pastor griego,
Y mis cabellos a los cuatro vientos...



Con mis ojos totalmente abiertos
Que me dan un aire de soñador,
Que nunca sueña muy a menudo...



Con mis manos de ladrón,
De músico y de merodeador
Que han pillado en muchos jardines...



Con mi boca que ha bebido,
Que ha besado y ha mordido
Sin jamás saciar su hambre...



Con mi cara de extranjero,
De judío errante, de pastor griego,
De ladrón y de vagabundo...



Con mi piel que se ha restregado,
Al sol de todos los veranos,
Y (con) todo lo que llevaba enaguas...



Con mi corazón que ha sabido hacer
Sufrir mucho a quien ha sufrido
Sin por ello hacer historias...



Con mi alma que no tiene más
La mínima posibilidad de salvación
Para evitar el purgatorio...



Con mi cara de extranjero,
De judío errante, de pastor griego,
Y mis cabellos a los cuatro vientos,



Yo vendré, mi dulce cautiva,
Mi alma gemela, mi fuente viva,
Vendré a beber tus veinte años



Y seré un príncipe legítimo,
Un soñador o bien un adolescente...
Como el que tú quieras escoger...



Y haremos de cada día
Toda una eternidad de amor
Que viviremos a morir...



Y haremos de cada día
Toda una eternidad de amor
Que viviremos a morir.»



(Georges MOUSTAKI, nombre artístico de Giuseppe -Iosif en griego, Youssef en el Registro Civil egipcio, Joseph en francés- Mustacchi; Alejandría, Egipto, 3 de mayo de 1934 - Niza, Francia, 23 de mayo de 2013. 
“Le Métèque” –“El Extranjero”- en el álbum del mismo nombre, 1969 -1970 para la edición española-.)



La mítica voz del juglar del Mediterráneo, del extranjero en cualquier parte, del ciudadano del mundo, se calla... Nacido en la orilla africana como judío griego con sus raíces en la isla de Corfú y un ambiente multicultural y políglota, acaba sintiéndose, ya en Francia, el discípulo de Georges Brassens (Cuyo nombre adopta artísticamente) y pone su poesía ancestral y bohemia al servicio de Édith Piaf, Yves Montand, Barbara o Serge Reggiani.



La estela de su proteica figura en los años sesenta y setenta se proyecta con la fuerza de los inequívocos rastros de un Mare Nostrum convertido en el territorio universal de la pasión por la vida... Una pasión que implica bebérsela en tragos largos de dicha y dolor... Una pasión en la que pesan tanto los placeres como los sufrimientos, porque todo contribuye a esa poderosa alquimia que llamamos emoción vital.



Moustaki vibró e hizo vibrar con su eco poderoso, con sus anhelos de aurora tras tantas noches sin dueños, con su ánimo bohemio de buen malandrín... Una pasión que pasó, incluso, por la Semana Negra gijonesa para dejar hilos de memoria eterna.



Por eso, en este mundo mercenario y excluyente, cobran especial relevancia figuras que, como Moustaki, conscientes de la diversidad de su origen, eran capaces de amalgamar el inevitable extrañamiento de su inevitable condición de extranjero con el ejercicio pasional de una ciudadanía universal.



Algo que hoy, aquí y ahora, muchos se han empañado en hacer prácticamente imposible.



Nacho Fernández del Castro, 24 de Mayo de 2013

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