miércoles, 29 de mayo de 2013

Pensamiento del Día, 28-5-2013



«Cada intento audaz de provocar un gran cambio en las condiciones existentes, toda visión elevada de nuevas posibilidades para la especie humana, ha sido etiquetado siempre como utópico.»



 (Emma GOLDMAN; Kovno, Imperio Ruso, 27 de junio de 1869 – Toronto, Ontario, Canadá, 
14 de Mayo de 1940. "Socialism : Caught in the Political Trap”, 1912, publicado en Red Emma Speaks, Part 1 por Alix Kates Shulman, 1972.)



Cada voz que se levanta frente a la sinrazón existente, cada gesto que alienta rebeldías contra el oprobio globalizado, cada mirada que sueña horizontes para otros mundos posibles, es inmediatamente descalificada por los testaferros políticos de los dueños del mundo y por sus voceros mediáticos como vana utopía...



Es lógico, ellos (dueños, testaferros y voceros) son quienes más tienen que perder con cualquier cambio: unos el control directo del pastel, otros las porciones residuales y otros las mejores migajas. Están con el todo o, al menos, maman del todo y no están dispuestos a arriesgar su mayor o menor participación en este banquete en el que, curiosamente, cuanto más lejos se está del poder real (económico), más grande es el precio que, en forma de sumisión (política, intelectual, vital), hay que pagar a algún amo.



Pero ¿qué pasa con la inmensa mayoría, con quienes, entre ahogos y dolores  multiformes, se ven forzados a sobrevivir en la nada?... Evidentemente, de momento, parecen conformarse con la mera posibilidad de sentir, por lo menos, esos ahogos y dolores. De algún modo, parecen “naturalizarlo” como su misma esencia, como su condición de ser y su forma de estar en el mundo.



Pero, claro es difícil aceptar el discurso del formalismo igualitario que hacen los mercachifles de la democracia, los profesionales del fraude representativo, y no cuestionarse el fatalismo esencialista del dolor y del ahogo... Así que comienzan a sonar algunas voces, a aparecer algunos gestos, a perfilarse algunos sueños alternativos. Los defensores de su propia participación en lo establecido siguen descalificándolos como endebles, ingenuos, contradictorios, utópicos, incluso peligrosamente quiméricos. Pero ya comienzan a dar un paso más, demonizándolos y criminalizándolos en pleno uso del estrategia del miedo como instrumento de control.



Pero ya hay quienes, frente al ahogo y el dolor, comienzan a sentir que a lo único que hay que tener verdadero miedo es a caer en la trampa ese miedo instrumentalizado.



Así que estamos en tiempos de conflicto... ¿Parsimonioso preámbulo de cambios?.



Nacho Fernández del Castro, 28 de Mayo de 2013

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