«El aburrimiento es siempre
contra-revolucionario. Siempre.»
(Guy Ernest DEBORD; París,
Francia, 28 de diciembre de 1931 –
Bellevue-la-Montagne, 30 de noviembre de
1994. La société du spectacle –La sociedad del
espectáculo-,
1967 -1876 para la primera edición en castellano-.)
Pero es un error... Una equivocación reactiva, o sea reaccionaria. Porque el aburrimiento
siempre es el patrimonio de quienes, por exceso
de posibilidades, ya no saben en qué entretener sus muchos ocios; de
quienes, por defecto, malviven forzados por yugos insoslayables;
y de quienes, conservados en el formol de las convenciones, no ven más allá de la ortodoxia bien pensante...
Para quienes piensan que nunca se
vive en el mejor de los mundos posibles, que siempre hay un más allá tras cada frontera y cada horizonte, que la
soledad es la ocasión del deleite más íntimo
y no el hundimiento en el tedio, que la
inquietud y la agitación son, en fin, síntomas
de la vida misma, nunca pueden aceptar, sin resistencia, el aburrimiento.
Porque el aburrimiento bloquea
y paraliza, atenaza y acogota... Desde el aburrimiento
nada se mueve, nada cambia.
Nacho Fernández del Castro, 7 de Mayo de 2013
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