lunes, 10 de septiembre de 2012

Pensamiento del Día, 10-9-2012



«Examiné todas estas cosas, y cómo los hombres luchan y pierden la batalla, y cómo aquello por lo cual habían luchado se logra a pesar de la derrota, y cómo, cuando esto llega, resulta ser diferente de aquello que se proponían alcanzar bajo otro nombre...»
 (William MORRIS; Clay Hill Walthamstow, Inglaterra, 24 de marzo de 1834 - 3 de octubre de 1896.  
Reflexión del protagonista de A Dream of John Ball -Un sueño de John Ball-, 1886.)
Sabemos que muchos, la mayoría, pertenecemos a ese colectivo, populosa entelequia diacrónica, integrado por las víctimas de la eterna derrota de los sueños y las ideas... Pero también sabemos que, algunas veces, la Historia sigue paradójicos vericuetos para dar carta de naturaleza a esas ideas y sueños derrotados.
Por desgracia la experiencia nos hace muy presente el hecho de que esos nobles afanes se tornan, al institucionalizarse, al reconocerse y articularse en el cuerpo social, en sombra irreconocible de lo querido, cuando no en discurso oficial vacío y legitimador de la permanencia del estado de cosas.
¿Qué queda de los viejos anhelos de igualdad en el socialismo real o en las políticas socialdemócratas?, ¿qué hay de fraternidad en los juegos lingüísticos del llamado Estado del Bienestar?, ¿qué libertad (y para quién) subyace en las políticas de ajuste neoliberal?... ¿Qué tiene que ver el ideal ecologista con las políticas medioambientales al uso?, ¿qué podemos reconocer del feminismo en los enfoques y las políticas de género?...
Las fuerzas vivas siempre nos derrotan y la Historia nos tima reconociendo verbalmente para seguir vejándonos materialmente.
Pero, por eso mismo, es imprescindible no relajarse, seguir luchando para, aún sabiéndonos derrotados, minimizar, al menos, el timo y la vejación...
Nacho Fernández del Castro, 10 de Septiembre de 2012

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