«...Si le
gusta todo lo que puede deslumbrarlo, por el hecho de estar más cerca de su
paisaje vernáculo, no es extraño que encuentre bello el barroco, que es lujoso
como una selva del Amazonas y expresivo como un paisaje de los Andes.»
(Eduardo CABALLERO
CALDERÓN; Bogotá, Colombia, 8 de marzo de
1910 – 3 de abril de 1993.
Ancha
es Castilla, 1962.)
En
eso consiste, al fin, la tarea del visitante,
del buen viajero: abrir los sentidos para dejarse deslumbrar por un mundo nuevo que entronca, a través de
vericuetos curiosos e impredecibles, con su mundo
conocido, desbordándolo y ampliándolo.
Cuando
esa actitud no se da, estamos ante turistas
agitados por las prisas de cualquier tour
operator con la urgencia de batir el record mundial de deslizamiento sobre tópicos por segundo.
O,
aún peor, ante mercaderes (perdón, emprendedores) centrados exclusivamente en
las posibilidades de negocio que se
abren ante sus ojos.
Nacho Fernández del Castro, 23 de Septiembre de 2012
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