domingo, 10 de noviembre de 2013

Pensamiento del Día, 10-11-2013



«El asesino perfecto no tiene amigos, solo objetivos.»
 



 (Brent WEEKS; Montana, Estados Unidos, 7 de marzo de 1977. Azoth en la primera parte de  
The Night Angel Trilogy: The Way of Shadows –El camino de las sombras- , 2008 
-2010 para la edición en castellano-.)



Quien tiene la voluntad de obrar en perjuicio de otros y la capacidad para hacerlo, no hace cuenta de lo que necesita para ello en instrumentos o relaciones personales, incluso desprecia cualquier cálculo generoso al respecto, porque, en realidad, sólo le importan los resultados y, desde ellos, puede justificar cualquier cosa...



La condición criminal, la voluntad de latrocinio, la sed de mal (para decirlo en términos orsonwelleanos) desprecia cualquier estimación suntuaria de recursos y cualquier valoración afectiva de las relaciones invertidas en sus actos homicidas. Porque, careciendo de cualquier horizonte moral, lo único que legitima lo hecho es el logro del objetivo... Todo lo demás resulta irrelevante, porque ¿qué le puede importar a quien tiene el afán de destruír que el balance económico entre lo invertido (en recursos o en colegueos) y lo obtenido a partir de la destrucción planeada sea monetariamente deficitario si ésta ha resultado efectiva y ha saciado sus mortales afanes?, ¿en qué le puede afectar que su acto, una vez realizado, favorezca o deteriore sus relaciones personales?.



Es, curiosamente, la misma situación en la que el ministro José Ignacio Wert pretende situar nuestro sistema educativo cuando afirma que debe ser considerado y evaluado exclusivamente en función de los outputs y no de los inputs... ¿Qué importan los recortes en recursos y personal o el deterioro progresivo de los centros educativos públicos si la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa logra sus (verdaderos) objetivos?, ¿qué importa que, en medio, vaya quedando más y más población condenada a perpetuar su estirpe como carne de cañón para el mercado de la precariedad o simple excedente humano?... El sistema educativo se sitúa, con la LOMCE, más allá de la moral, no tiene amigas ni amigos (salvo, acaso, la Conferencia Episcopal y la Confederación Española de Organizaciones Empresariales), porque sólo quiere garantizar el logro de sus fines últimos (no siempre tan explícitos, pese a su “desmelene neoliberal” como loa al emprendimiento).



Con tenacidad extrema y voluntad de asesino perfecto.



Nacho Fernández del Castro, 10 de Noviembre de 2013

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