viernes, 29 de noviembre de 2013

Pensamiento del Día, 29-11-2013



«Esto era la libertad. La libertad consistía en perder toda esperanza.»
 



(Charles Michael, Chuck, PALAHNIUK; Pasco, Washington, Estados Unidos, 21 de febrero de 1962. 
Fight Club –El cdlub de la lucha-, 1996 –1999 para la primera edición en castellano-.)



En un lugar, aquí y ahora, donde un tartazo en la cara de una política vale dos años de cárcel mientras la violencia desmesurada y consciente de la policía (aún cuando se reconozca su posible exceso por un tribunal) no vale condena alguna, donde los pequeños robos de gentes condenadas a la condición de lumpen suponen la entrada en una espiral de encarcelamientos sucesivos mientras los grandes delincuentes financieros campan a sus anchas y los “defensores del orden”  proclives a la desmesura represiva (aún cuando sean condenados en firme por algún tribunal despistado) encontrarán siempre el comprensiva complicidad del indulto por parte de una casta política a cuyos intereses particulares (y “transferidos”) sirven como eficaces esbirros, ¿qué esperanza cabe?.



Todas las industrias culturales (desde la prensa hasta el cine de masas), diestramente controladas por el poder económico transnacional (tras una pátina de apariencia díscola) se ocupan afanosamente de generar un imaginario colectivo que derive comportamientos de sumisión aprendida y criminalización social de la rebeldía... Pero, claro, el oprobio es tanto, la voluntad de rapiña final con la que los poderosos tratan de convertir en negocio los últimos reductos de lo común (dejando a crecientes masas de población en la más inhóspita de las intemperies) es tan descarnada, que la opresión simbólica no basta.



Y vuelven las porras y las togas actuando contra el pueblo al que dicen defender... Para eso, más allá del denostado José Ignacio Wert Ortega, están Alberto Ruíz-Gallardón Jiménez y Jorge Fernández Díaz... Ahora parece que van a modificar el anteproyecto de Ley de Seguridad Ciudadana (¿?) rebajando la cuantía de las multas... Como si fuera ese el problema y no el concepto.



Ese entramado normativo-represivo que va configurando su idea de libertad (la de los eternos amos) como pérdida de toda esperanza (para esos súbditos que, precarizados, ya ni podemos practicar siquiera el “libre consumo” en los mercados).



Nacho Fernández del Castro, 29 de Noviembre de 2013

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